domingo, 16 de julio de 2023

GÉNESIS 129

 




Pero para poder estudiar bien las reacciones que tendrán y las alteraciones psicofísicas que estas reacciones provocarán, es necesario introducir dentro de sus cuerpos unos dispositivos que transmitan al laboratorio las señales correspondientes a los diversos parámetros que interesa conocer como varían. Primero se realizó esta operación con Eva y después con Adán. Y estando todavía Adán bajo los efectos de anestesia, traen a Eva al pie de su camilla y cuando despierta, lo primero que ve es a su compañera futura a la que será la madre de sus hijos.

Yahvé tiene dos magníficos ayudantes, uno de ellos llamado Gabriel (su hijo Ninurta), el cual es un defensor a ultranza de las ideas de Yahvé, el otro llamado Lucifer (su hermano Enki), tiene ideas diferentes y muchas de ellas chocan contra las de Yahvé y Gabriel. Con frecuencia tienen discusiones, especialmente lo concerniente a la educación de la nueva pareja, Adán y Eva, punto en el cual no logran ponerse de acuerdo. Yahvé y Gabriel consideran que los conocimientos que deben ir aportándoles a la nueva pareja deben ser escalonados y siempre guardando el secreto de cuál es su auténtico origen. En cambio Lucifer considera que se les debe decir la verdad de su origen para que ellos lo asuman.

Ajenos a este clima de controversia, nuestra pareja se desarrolla de acuerdo con los planes de Yahvé, pero Lucifer no está dispuesto a que esto continúe así y cuando encuentra el momento propicio coge a Eva, siempre al sexo femenino le pica más la curiosidad, y la introduce en el Centro de la Ciencia del Bien y del Mal, (nombre ficticio inventado por los escritores de la Biblia) en el cual están archivados, en el banco de datos, todo el proceso de creación y desarrollo de los dos.

Eva se queda con la boca abierta, asombrada, y se lo cuenta a Adán, convenciéndole para que vaya con ella y pedirle a Lucifer que les muestre de nuevo lo que ella ha visto, y mucho más, según le ha prometido Lucifer. Así el Eloha, Lucifer, a espaldas de Yahvé, va mostrándoles no sólo cómo fueron creados y cómo fueron educados a lo largo de su vida, sino su auténtico origen, mostrándoles mediante imágenes a las tribus terrícolas de las cuales proceden la mitad de sus genes.

Es entonces cuando Eva descubre que estas gentes llevan unas pieles que cubren ciertas partes del cuerpo y preguntan a Lucifer por qué llevan eso. Lucifer les explica que llevan esas pieles con el fin de ocultar sus órganos sexuales para no provocar la excitación de los demás, lo que causaría muchos problemas en la convivencia de la tribu y les demuestra que él mismo y todos los Elohim llevan también un vestido, aunque este sea absolutamente distinto del que utilizan estas gentes.

Les explica cómo dichas gentes, en especial, sienten vergüenza si son vistos desnudos por otros. Adán y Eva se sorprenden de esta revelación pues ellos jamás habían pensado en tal cosa, pues siempre han ido desnudos y si bien se veían diferentes a los Elohim concebían que era lógico puesto que eran seres distintos, los Elohim eran dioses. Fue después de esta revelación cuando paseando, Yahve por el jardín del Edén, Adán y Eva le oyen y se esconden, pues no quieren ser vistos desnudos. De esta forma descubre, Yahve que Lucifer no ha obedecido sus órdenes y ha descubierto a la nueva pareja aquellas cosas que él consideraba debían permanecer ocultas.

La indignación que siente Yahvé es indescriptible, pues todos sus planes se han venido abajo. Conociendo a Adán y Eva su procedencia auténtica, cuando él se le había ocultado, Su credibilidad ante ellos ha sido reducida a cero, razón por la cual ya nada puede hacer para reconducirles por el camino previsto. Por ello maldice a Lucifer, al que tacha de serpiente, expulsándole con sus seguidores. Expulsa también a Adán y Eva del recinto del Edén y hace que se les guíe a la tribu de la cual proceden. Es evidente que los hijos de Adán y Eva son educados en el centro de investigación y por tanto separados de los padres pues Yahvé alberga la esperanza de poder hacer con Caín y Abel lo que no ha conseguido con Adán y Eva, controlar todo su desarrollo y educarles de acuerdo con sus planes. Se les inculca la idea de que deben ser agradecidos con su creador, Yahvé, con el fin de que reconozcan su superioridad y así garantizar su influencia. Por ello le llevan presentes de las cosas que cosechan y cuidan. Esto crearía diferencias entre Caín y Abel, especialmente la indignación del primero que al recibir peor trato que Abel despertó la envidia de Caín, lo que provocó el fratricidio. El científico que lleva dentro a Yahvé por encima de todo, termina por aceptar el libre albedrío del nuevo ser terrícola, del híbrido, que si bien posee una desordenada inteligencia, también posee aún instintos bestiales. Por ello Yahvé protege a Caín a pesar de su crimen, para que Caín lave su culpa y se redima de su falta.

Esto escribí como Epílogo en mi análisis del Génesis que terminé en Enero de 1984, hace casi cuarenta años. En aquella época aún no había leído el libro de Sitchin llamado EL LIBRO PERDIDO DE ENKI que corresponde a la traducción de las tablillas sumerias, por eso veréis algunas diferencias interpretativas.

Ya he empezado a realizar un análisis del ÉXODO que tiene algunas cosas muy interesantes como las plagas de Egipto, el Arca de la Alianza, el Paso del Mar Rojo…cosas difíciles de explicar.

Gracias por haberme seguido hasta aquí.

sábado, 15 de julio de 2023

GÉNESIS 128

 




EPÍLOGO

Visto todo lo anterior y dadas las diversas hipótesis, es posible que no quede suficientemente explícita la visión personal del asunto y no quiero desaprovechar la ocasión para expresarla con la máxima claridad posible.

A mi manera de ver, lo que sucedió en aquel tiempo fue algo extraordinario, aunque no insólito, si bien para algunos será una narración de ciencia ficción.

Esta historia, cada vez estamos nosotros más cerca de repetirla, bastará tan solo con que seamos capaces de viajar a otro sistema y caigamos en un planeta cuyos habitantes estén poco evolucionados. A partir de ese momento, lo que suceda no será ciencia ficción, será una realidad, será ciencia, será historia.

En algún lejano sistema, en un planeta del mismo, existen unos seres que han concebido un ambicioso programa científico espacial: Visitar el tercer planeta del sistema solar, al cual se le conoce con el nombre de Tierra. La misión será ardua y excitante: ayudar a sus habitantes a evolucionar. Este programa se ha desarrollado gracias a programas anteriores, mediante los cuales se averiguó que el planeta Tierra estaba habitado pero que sus seres estaban todavía en el nivel 1, es deci, en el nivel en el cual solo saben utilizar toscas herramientas hechas de madera, hueso y piedra. Con el fin de que todo el planeta evolucione al unísono, se ha dividido toda su superficie en sectores, cada uno de los cuales será dirigido y controlado por un equipo de científicos que instalará en él su laboratorio de operaciones. Todo está perfectamente planificado gracias a los datos introducidos en el supercomputador que ha dado el programa a seguir.

Por fin ha llegado el día de la partida. Toda la flota está preparada y, a las órdenes del centro de control, las naves comienzan a salir rumbo a la Tierra. Uno de los sectores está ubicado en la confluencia de dos maravillosos ríos hacia el centro de un gran continente.

Este sector tiene como responsable a un brillante científico cuyo nombre es Yahvé. Por fin, después de un largo viaje en el tiempo, Yahvé y su equipo llegan a su sector y comienzan inmediatamente a construir su hábitat. Todos están deseando terminar las instalaciones para comenzar a trabajar en el gran experimento que les ha llevado allí. Provocar una evolución lo más rápida posible de los pre-humanos de este planeta. En definitiva, crear unos seres lo más semejantes posible a ellos mismos.

Simultáneamente a la construcción del hábitat, un grupo escogido de estos seres, de procedencia lejana, se dedican a inspeccionar las tribus de terrícolas del sector que les ha correspondido, con el fin de determinar con cuáles de ellas comenzarán a experimentar.

Analizado el grado evolutivo de estas tribus y de sus habitantes, de acuerdo con el plan, se secuestran unas determinadas hembras para una vez analizadas, ver a cuáles les serán extraídos los óvulos que servirán para la creación del nuevo ser terrícola. Realizada dicha extracción, se introducen las modificaciones oportunas en el código genético de estos óvulos mediante la ingeniería genética, determinando así las características del nuevo ser según define el programa. A continuación se realiza la fecundación de estos óvulos mediante espermatozoides procedentes de los científicos más destacados del equipo, incluso del propio Yahvé.

Probablemente los primeros experimentos no fueron lo exitosos que se esperaba, razón por la cual se vieron obligados a repetirlos, hasta alcanzar las características previstas para estos nuevos seres.

Ni que decir tiene que el sexo de estos seres está elegido de antemano sencillamente introduciendo en el óvulo el espermatozoide adecuado al caso, determinando así los que serán varones y los que serán “varonas”. Uno de estos nuevos seres, el más logrado, el más inteligente, el que ya había decidido será el procreador de la nueva raza, es uno al cual habían llamado Adán. Su educación, como para los demás, había comenzado desde el momento de la fecundación del óvulo, pues en el Centro de la Vida, el laboratorio de gestación, estaba dotado del ambiente necesario para cada etapa del desarrollo fetal.

Muchas de las inclinaciones naturales que Adán tendría de mayor fueron inculcadas no sólo en su infancia, sino también antes de separarse de su placenta artificial. Durante todo su desarrollo hasta la edad adulta, es decir, hasta que se le presentó a la que habría de ser su compañera, fue educado cuidadosamente y se le enseñaron todas aquellas cosas que según el programa debía saber. Conocer la flora y la fauna que le rodeaba, cómo sacar provecho de ella, cómo se había formado el universo, etc. Su vida pues, era absolutamente placentera, pues toda ella era como un juego maravilloso mediante el cual iba desarrollando sus conocimientos y su inteligencia. Simultáneamente y de forma semejante, aunque con las diferencias correspondientes, se ha llevado a cabo el desarrollo de las hembras creadas, de las cuales se ha elegido a una, a la llamada Eva, como futura compañera de Adán, de cuya unión nacerá la nueva raza. Por fin llega el momento importantísimo en que tanto Adán como Eva han alcanzado su madurez sexual y por tanto serán presentados mutuamente, para que se conozcan, pues hasta este momento han vivido separados sin saber uno de la existencia del otro.

lunes, 10 de julio de 2023

GÉNESIS 127






Son frecuentes en la escritura los nombres compuestos de Abel, duelo o llanto, pero se desconoce el lugar de éste. Como el versículo 10, es de extrañar su situación al otro lado del Jordán, que sin duda debe entenderse al este de éste río. Acaso éste paréntesis: “que estaba al otro lado del Jordán” es una glosa a una concepción del texto nacida de alguna localidad conocida en la Transjordania. (140)

Hay que añadir que el nombre Abel-Mizrayim significa Pradera de Egipto o Llanto de Egipto. (141)

Los hijos de Israel entierran a su padre donde él les había ordenado y volvieron todos a Egipto. 50, 12-14. Y los hermanos de José comenzaron a asustarse, pensando que les devolvería todo el mal que ellos le habían hecho. (50,15).

16 Y mandaron decir a José: “Tu padre, antes de morir, nos mandó que te dijéramos:
17 Perdona el crimen de tus hermanos y su pecado, pues ciertamente te hicieron mucho mal; pero, por favor, te ruego, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre.” José lloró al oírlos.'


Se aprecia por estas palabras el miedo que tenían a José se tomase venganza, y para ablandarle, recurren a la estratagema de: 1º Decir que eso fue lo que dijo su padre. 2º Mencionar al Dios de su Padre en cuyo nombre imploran perdón. Ciertamente las situaciones difíciles agudizan el ingenio.

18 Sus hermanos se prosternaron ante él y le dijeron: “Somos tus siervos.”
19 El les dijo: “No temáis; ¿estoy yo acaso en el lugar de Dios?'

Es como si dijeran, no soy yo el que debe castigar los crímenes sino Dios, Juez Supremo de todos. Deuteronomio (32,35) y siguientes. (142) Ciertamente esta es una interpretación muy válida Pues los Elohim ya exterminaban a aquellos que no hacían lo que ellos querían, como hemos visto en anteriores capítulos.

José les tranquiliza, haciéndoles ver que esa fue la causa de que todos estén en Egipto y no murieran sin perpetuar su descendencia, 50, 20, y les promete que les seguirá manteniendo.

23 Vivió ciento diez años, y vio a los hijos de Efraím hasta la tercera generación; también recibió sobre sus rodillas, al nacer, a los hijos de Makir, hijo de Manasés.'

Era el ideal de la longevidad, según los egipcios, la edad de los patriarcas decrece siempre pero aun en este caso de José es bastante más larga para que pueda decirse de él que murió lleno de días.

Makir era, según I Paralipómenos 7,14 y siguientes, hijo de Esriel, hijo de Manasés y por tanto representaba la tercera generación. Tal longevidad era un signo de la gracia de Dios; al contrario, la muerte temprana y arrebatada. (143)

Esta última opinión es sin duda tan absurda como considerar que las personas bellas son buenas y las feas son malas, o como aquella del Medievo que consideraba que sólo los hombres tenían alma.

24 José dijo a sus hermanos: “Voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob.”

Al decir “a sus hermanos”, ciertamente quiere decir a los hijos de Israel, pues sus hermanos, más ancianos que él todos, menos Benjamín, eran ya muertos seguramente. Les hace la misma recomendación que su padre le había hecho a él y expresando los motivos. (144)

25 Hizo jurar José a los hijos de Israel, diciéndoles: “Ciertamente os visitará Dios; entonces llevad de aquí mis huesos.”
26 Murió José en Egipto a los cientos diez años, y fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto.


Sabemos que el ataúd en Egipto era la caja en que se colocaba la momia una vez embalsamada, de las cuales tantas se encuentran en todos los museos arqueológicos (145)

El proceso de embalsamamiento egipcio consistía en extracción de cerebro por la nariz, vaciado de vísceras -hígado, estómago, intestinos y pulmones- en vasos canopos, lavado y rellenado del cuerpo, baño de natrón para la desecación, ungido de aceites y vendaje. Así lo hacían los ricos, lo que resultaba costosísimo, ya que el proceso duraba más de dos meses -el ritual religioso ralentizaba mucho las cosas- y tanto los materiales como la mano de obra cualificada suponía un desembolso importante.

 

No puede decirse que lo que hacían los egipcios menos favorecidos fuera un embalsamamiento en toda regla, de modo que los más pobres se limitaban a inyectar purgantes para limpiar los intestinos y, tras colocar el cuerpo en un baño de natrón, lo vendaban. Cuando no tenían recursos ni para estos menesteres, envolvían al difunto en una estera o piel de animal y lo enterraban en la arena, al estilo de sus primeros antepasados, de esta forma, el calor y sequedad del desierto momificaba el cadáver.




GÉNESIS 126






CAPÍTULO 50 SEPULTURA DE JACOB

Biblia Nacar-Colunga


1 Cayó José sobre el rostro de su padre y lloró sobre él y le besó.
2 Mandó José a los médicos que tenía a su servicio embalsamar a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel,
3 empleando en ello cuarenta días, que es el tiempo que se emplea para embalsamar. Los egipcios hicieron duelo por él durante sesenta días.
4 Pasados los días del duelo, habló José a las gentes de la casa del faraón, diciéndoles: “Si he hallado gracia a vuestros ojos, haced llegar esto, os lo ruego, a oídos del faraón.
5 Mi padre me hizo jurar diciendo: “Voy a morir; sepúltame en la sepultura que tengo en la tierra de Canaán.” Que me permita, pues, subir a sepultar a mi padre, y volveré.”
6 Y le contestó el faraón: “Sube y sepulta a tu padre, según tu juramento.”
7 Subió, pues, José a sepultar a su padre, y subieron con él todos los servidores del faraón, los ancianos de su casa y los ancianos de la tierra de Egipto,
8 toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre, no dejando en la tierra de Gosén más que a los niños, las ovejas y los bueyes.
9 José llevaba consigo carros y caballeros; así que el cortejo era muy grande.'
10 Llegados a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí muy grande llanto, e hizo José un duelo de siete días por su padre.
11 Los moradores de la tierra, los cananeos, al ver el duelo en la era de Atad, se dijeron: “Gran duelo es este de los egipcios”; por eso se dio el nombre de Abel-Misrayim a este lugar, que está al lado de allá del Jordán.'
12 Los hijos de Jacob hicieron con su padre lo que les había mandado,
13 llevándole a la tierra de Canaán y sepultándole en la caverna del campo de Macpela, que había comprado Abraham a Efrón el jeteo para tener sepultura de su propiedad, frente a Mambré.
14 Después de haber sepultado a su padre, José volvió a Egipto con sus hermanos y cuantos habían subido con él para sepultar a su padre.
15 Cuando los hermanos de José vieron que había muerto su padre, se dijeron: “¿Si nos guardará rencor José y nos devolverá todo el mal que le hemos hecho?”
16 Y mandaron decir a José: “Tu padre, antes de morir, nos mandó que te dijéramos:
17 Perdona el crimen de tus hermanos y su pecado, pues ciertamente te hicieron mucho mal; pero, por favor, te ruego, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre.” José lloró al oírlos.'
18 Sus hermanos se prosternaron ante él y le dijeron: “Somos tus siervos.”
19 El les dijo: “No temáis; ¿estoy yo acaso en el lugar de Dios?'
20 Vosotros creíais hacerme mal, pero Dios ha hecho de él un bien, cumpliendo lo que hoy sucede, de poder conservar la vida de un pueblo numeroso.
21 No temáis, pues yo seguiré manteniéndoos a vosotros y a vuestros niños.” Así los consoló, hablándoles al corazón.
22 Habitó José en Egipto, él y la casa de su padre.
23 Vivió ciento diez años, y vio a los hijos de Efraím hasta la tercera generación; también recibió sobre sus rodillas, al nacer, a los hijos de Makir, hijo de Manasés.'
24 José dijo a sus hermanos: “Voy a morir, pero Dios ciertamente os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, Isaac y Jacob.”
25 Hizo jurar José a los hijos de Israel, diciéndoles: “Ciertamente os visitará Dios; entonces llevad de aquí mis huesos.”
26 Murió José en Egipto a los cientos diez años, y fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto.

Biblia Kadosh Israelita Mesiánica

1 Yosef cayó sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó.
2 Entonces Yosef ordenó a sus sirvientes que embalsamaran a su padre. Así que los embalsamadores embalsamaron a Yisra'el.
3 Esto tomó cuarenta días, el tiempo normal para embalsamar. Entonces los Mitzrayimim hicieron luto por setenta días.
4 Cuando el período de luto había terminado, Yosef se dirigió a los príncipes de Faraón: 'Si yo he encontrado favor a su vista, hablen referente a mí en los oídos de Faraón, diciendo:
5 'Mi padre me hizo hacer un juramento. El dijo: 'Yo voy a morir. Tú me sepultarás en mi sepultura, la cual yo cavé por mí mismo en la tierra de Kenaan.' 'Por lo tanto, te imploro, déjame subir y sepultar a mi padre; yo regresaré.''
6 Faraón respondió: 'Sube y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.'
7 Así que Yosef subió a sepultar a su padre. Con él fueron todos los sirvientes de Faraón, los dirigentes de su casa y los dirigentes de la tierra de Mitzrayim,
8 junto con la casa completa de Yosef, sus hermanos y toda la casa de su padre y sus parientes; solamente sus rebaños y sus ganados ellos dejaron en la tierra de Goshen.
9 Además, subieron con él carruajes y jinetes - era una caravana muy grande.
10 Cuando ellos arribaron a la era en Atad, del otro lado del Yarden, ellos levantaron gran y amarga lamentación, haciendo luto por su padre por siete días.
11 Cuando los habitantes locales, los Kenaani, vieron la lamentación en la era de Atad ellos dijeron: '¡Qué amargamente los Mitzrayimim se están lamentando!' Por esto el lugar fue dado el nombre de Avel-Mitzrayim [lamentación de Mitzrayim], allí del otro lado del Yarden.
12 Sus hijos hicieron como él les había ordenado -
13 ellos lo llevaron a la tierra de Kenaan y lo sepultaron en la cueva de Majpelah, la cual Avraham había comprado, junto con el campo, como lugar de sepultura perteneciente a él, de Efron el Hitti, junto a Mamre.
14 Entonces, después de sepultar a su padre, Yosef regresó a Mitzrayim, él, sus hermanos y todos los que habían subido con él para sepultar a su padre.
15 Sabiendo que su padre estaba muerto, los hermanos de Yosef dijeron: 'Yosef puede odiarnos ahora y pagarnos por completo por todo el sufrimiento que nosotros le causamos.'
16 Así que ellos vinieron a Yosef, y dijeron: 'Tu padre dio esta orden antes de morir:
17 'Digan a Yosef, 'Yo te imploro ahora, por favor perdona el crimen de tus hermanos y la perversidad de hacerte daño.' Así que ahora, nosotros te imploramos, perdona el crimen de los sirvientes del Elohim de tu padre.' Yosef lloró cuando ellos hablaron con él;
18 y sus hermanos también vinieron, se postraron delante de él, y dijeron: 'Aquí, somos tus esclavos.'
19 Pero Yosef dijo a ellos: 'No tengan temor, porque yo soy el siervo de Elohim.
20 Ustedes quisieron hacerme daño para maldad, pero Elohim lo tomó para el bien - para que viniera a ser como es hoy, para que mucha gente fuera alimentada.
21 Así que no tengan temor - yo proveeré para ustedes y sus familias.' De esta forma él los consoló; hablando bondadosamente a ellos.
22 Yosef continuó viviendo en Mitzrayim, él y sus hermanos y toda la familia de su padre. Yosef vivió 110 años.
23 Yosef vivió para ver los hijos de los nietos de Efrayim, y los hijos del hijo de Menasheh, Majir, nacieron en las piernas de Yosef.
24 Yosef dijo a sus hermanos: 'Estoy muriendo: Pero Elohim por cierto los recordará y los hará subir fuera de esta tierra a la tierra que El juró a Avraham, Yitzjak y Ya'akov.'
25 Entonces Yosef tomó juramento de los hijos de Yisra'el: 'Elohim ciertamente se acordará de ustedes, y cargarán mis huesos fuera de aquí.'
26 Así que Yosef murió a la edad de 110 años, y ellos lo embalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Mitzrayim.



1 Cayó José sobre el rostro de su padre y lloró sobre él y le besó.
2 Mandó José a los médicos que tenía a su servicio embalsamar a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel,
3 empleando en ello cuarenta días, que es el tiempo que se emplea para embalsamar. Los egipcios hicieron duelo por él durante sesenta días.

Los procedimientos para embalsamar los cadáveres que empleaban los describe Herodoto (II,86-88) y Diodoro (1,91) para sus épocas. Y tal vez no serían muy diferentes los empleados en los días de José. Más de treinta o cuarenta días dice Diodoro que duraba el embalsamamiento.

Los egipcios lloran asociándose a la pena de José. Diodoro dice que el llanto o lamentación por los reyes duraba setenta y dos días (1,72). Treinta lloraron los hebreos a Aarón (Números 20,29) y otros tantos a Moisés (Deuteronomio 34,8) (138)

José solicita permiso al faraón para enterrar a su padre, una vez pasados los días del duelo en la tierra de Canán. El faraón se lo concede. (50,4-6) Y según el autor, se quedó Egipto vacío, pues todos fueron al entierro:

7 Subió, pues, José a sepultar a su padre, y subieron con él todos los servidores del faraón, los ancianos de su casa y los ancianos de la tierra de Egipto,
8 toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre, no dejando en la tierra de Gosén más que a los niños, las ovejas y los bueyes.

¡Increíble! El faraón se queda sin servidores y todos los ancianos de la tierra de Egipto acompañan al cortejo, eso considerando las buenas caminatas que habrían de darse e incluso aunque todos fuesen en carro, serían semanas de viaje a la cual hay que sumar la de luto en la era de Atad . Pero más increíble resulta el hecho de que los niños se quedasen solos con los animales ¡claro, que a las mujeres ni siquiera se las menciona! No sé si porque se las incluye en la frase toda la casa de José, sus hermanos y la casa de su padre, o porque las consideraban con menos valor que a los niños y a las ovejas y bueyes.

9 José llevaba consigo carros y caballeros; así que el cortejo era muy grande.'
10 Llegados a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí muy grande llanto, e hizo José un duelo de siete días por su padre.

Se ignora el sitio de esta era de Atad o del Espino y es extraño que la comitiva hiciera el viaje de Egipto a Hebrón por el oriente del Mar Muerto y del Jordán. El duelo aquí dura 7 días, que era lo ordinario en Israel, según la norma que da el Ecclesiástico en 22, 3 y que vemos practicada en la muerte de Saúl en I Samuel 31,13 y en la de Judit en 16,19. (139)

11 Los moradores de la tierra, los cananeos, al ver el duelo en la era de Atad, se dijeron: “Gran duelo es este de los egipcios”; por eso se dio el nombre de Abel-Misrayim a este lugar, que está al lado de allá del Jordán.'

domingo, 9 de julio de 2023

GÉNESIS 125

 




8 Tú en verdad eres Judá; te alabarán tus hermanos, tu mano pesará sobre la cerviz de tus enemigos, postráranse ante ti los hijos de tu padre.'
9 Cachorro de león, Judá, de la presa subes, hijo mío; posando te agachas como león, como leona, ¿quién (la hostigará) para que se levante?'
10 No faltará de Judá el cetro, ni de entre sus pies el báculo, hasta que venga aquel cuyo es, y a él darán obediencia los pueblos.


El cetro es el símbolo de la autoridad que Judá ejercerá sobre las tribus hermanas. “Hasta que vengas”: Así traducen las versiones antiguas que merecen en el presente caso ser preferidas. Es como si dijera: hasta que venga aquel a quien está destinado por Dios para quien Él lo reserva. Y al mismo está guardado el homenaje de las naciones. El sentido de este versículo es obvio. Contiene la promesa mesiánica vinculada a Judá y luego a David de la perpetuidad de la dinastía por el rey Mesías. La promesa hecha a David que se contiene en Samuel (7,14) repetida y ampliada por los profetas, es el verdadero comentario de este vaticinio. (121)

11 Atará a la vid su pollino, a la vid generosa el hijo de la asna; lavará en vino sus vestidos, y en la sangre de las uvas su manto.'

Este versículo nos indica la abundancia de la viña en el territorio de Judá. (122)

12 Brillan por el vino sus ojos, y de la leche blanquean sus dientes.

Lo que viene a decir que “el vino que beberá le pondrá los ojos alegres y los dientes blancos la leche en Judá muy abundante”. (123)

13 Zabulón habitará en la costa del mar, la costa de las naves, y tendrá su flanco junto a Sidón.

Según Deuteronomio 33,19 Zabulón e Isacar tenían por límites el mar. (124): “Ellos chupan la abundancia de los mares y los escondidos tesoros en la arena”.

14 Isacar es un robusto asno, que descansa en sus establos.
15 Vio que su lugar de reposo era bueno y que era deleitosa la tierra, y prestó los lomos a la carga, y hubo de servir como tributario.


Aquí se compara a Isacar con el asno de carga echado en las majadas y gozando de la holgancia. En vez de luchar por someter a los cananeos, se dejó esclavizar por ellos.(124)

16 Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel.

Esto se refiere a Sansón que figura entre los jueces o salvadores de Israel y que era de la tribu de Dan. (125)

17 Es Dan como serpiente en el camino, como víbora en el sendero, que, mordiendo los talones al caballo, hace caer hacia atrás al caballero.

Alude sin duda a la toma de Lais por sorpresa a la cual llamaron luego Dan (126) según se indica en jueces 18, 7 y siguientes.

18 Tu salvación espero, ¡oh Yahvé!

Este verso es oscuro por la falta de conexión con los versículos 17 y 19. Los LXX los ligan al versículo 17 expresando la fe de Dan que si bien echado por los amorreos de su territorio, pudo sin embargo, conquistar otro al norte del país (127) según expresa Jueces 18.

19 Gad: salteadores le asaltan, y él les pica los talones.

Gad, establecido en el fértil suelo de la Trasjordania, estará expuesto a las incursiones de los nómadas, pero sabrá defenderse como lo muestra la historia de Jefte,(Jueces II) y la ayuda prestada por David según I Paralipómenes 12, 8 y siguientes. (128)

20 Aser: su pan es suculento, hará las delicias de los reyes.

El territorio de Aser, situado entre el Carmelo y la Fenicia, era fértil en todo género de frutos y especialmente en trigo qué exportaba a la Fenicia. Como se ve por I Reyes 5,9-11 y Actos 12, 20. (129)

21 Neftalí es una cierva en libertad, que da bellos cervatillos.

Esta es una alusión al territorio de Neftalí que estaba al oeste del lago de Genesaret y que Joséfo nos describe como un paraíso. (De Bello I ud. III, 10,8) (130)

22 José es un novillo, un novillo hacia la fuente (sus hijas subieron sobre la muralla).

José es un toro por su fuerza como Judá es un león por su valentía. La historia de sus tribus y sobre todo la importancia de Efraím justifica bien esta imagen. (131) según podemos ver en Jueces 8, 1 y siguientes.

23 Los arqueros le hostigan, los tiradores de saetas le atacan.

Alusión sin duda a las duras luchas que José hubo de sostener con los cananeos por la conquista del territorio, según Josué 17, 14 y siguientes; Jueces 1, 27 y siguientes. Y por la defensa del mismo en la época de los jueces. (132)

24 Pero la cuerda del arco se les rompe, y su poderoso brazo se encoge, por el poderío del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor de Israel.
25 En el Dios de tu padre hallarás tu socorro, en El-Saday, que te bendecirá con bendiciones del cielo arriba, bendiciones del abismo abajo, bendiciones del seno y de la matriz.


Dios protegerá a José contra sus enemigos y le colmará de bendiciones, representadas por la lluvia y el rocío que vienen de arriba y por las fuentes que brotan de abajo siendo unas y otras causa de la fertilidad de la tierra. A éste se añade la fecundidad de los ganados y de los hombres (133) según Deuteronomio 33, 13 y siguientes.

26 Las bendiciones de tu padre sobrepasarán a las bendiciones de los montes eternos, superarán la belleza de las eternas colinas, que caigan sobre la cabeza de José, sobre la frente del príncipe de sus hermanos.

Independientemente de los valores que José poseía no cabe duda que las bendiciones de su padre están también influenciadas por el poder que ostenta José y por el que ostentarán sus descendientes.

27 Benjamín es lobo rapaz, que a la mañana devora la presa y a la tarde reparte los despojos.

Benjamín es un lobo siempre peligroso para los rebaños por la mañana como por la tarde Expresión de la valentía de Benjamín probada por Aod benjaminita (Jueces 4,15 y siguientes) y por toda la tribu en sus guerras contra los filisteos (134) según puede verse en I Paralipómenos (8,20) y (12,1) y siguientes.

28 Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les habló su padre, bendiciéndolas a cada una con una bendición.

Efectivamente, no a los individuos epónimos sino a las tribus, se refieren los anteriores vaticinios a su situación en la tierra de Canaán y a su historia durante los primeros siglos del pueblo de Canaán. (135)

Sobre el vaticinio o profecía ya hemos hablado anteriormente que existen y existieron muy diversos métodos, y podemos mencionar además a los videntes como las sibilas de Delfos en la antigüedad o a Edgar Cayce en nuestro siglo, los cuales al caer en un estado de trance, son capaces de ver el futuro, descubrir una enfermedad y hasta la forma de curarla.

No es de extrañar pues que Israel poseyera esta facultad paranormal que le permitiese prever el futuro de su descendencia. Ciertamente actuó al estilo de Nostradamus que también escribió en versos sus vaticinios. Tal vez Nostradamus descubrió la técnica que utilizó Israel.

Tampoco hay que descartar la posibilidad de que los vaticinios de Israel fuesen comunicados verbalmente o telepáticamente por los Elohim que sin duda tenían más facultades o medios que él para averiguar el futuro del “pueblo escogido” y, en algunos casos, hasta forzaban el futuro con sus intervenciones.

Israel/ Jacob insiste en que le entierren en la tierra prometida con el fin de atraer a sus hijos hacia ellas, o como forma de tomar posesión de la tierra.

29 Después les mandó: “Yo voy a reunirme con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la caverna que está en el campo de Efrón el jeteo,
30 en la caverna del campo de Macpela, frente a Mambré, en tierra de Canaán, que es la caverna que compró Abraham a Efrón el jeteo, con su campo, para tener sepultura de su propiedad.
31 Allí están sepultados Abraham, Sara, su mujer; Isaac y Rebeca, su mujer, y allí sepulté yo a Lía.'
32 El campo y la caverna que en él hay fueron comprados a los hijos de Jet.

Todos estos datos respecto al lugar donde quiere Israel que se le entierre, lo sabemos por los capítulos anteriores y no creo que fuese necesario que Israel/ Jacob tuviese necesidad de decírselo a sus hijos en el momento de su muerte, pues ellos debían saberlo de sobra, por tanto cabe suponer que era una forma de justificar la razón por la cual él deseaba ser enterrado allí, o bien el autor sagrado se tomó la libertad de poner en boca de Jacob todas las explicaciones para que todos supieran sin lugar a dudas dónde le enterraron.

33 Cuando acabó Jacob de dar estas órdenes a sus hijos, juntó sus pies en el lecho y expiró, yendo a reunirse con su pueblo.

Juntó los pies en señal de paz con que moría y “fue a juntarse con su pueblo” expresión equivalente a juntarse con sus padres que se emplea otras veces. Tales expresiones significan una fe cierta en la supervivencia de las almas en el Seol a falta de datos revelados y racionales más claros concebían esta vida a semejanza de la que había tenido aquí el individuo sobre todo al fin de sus días en la hora de la partida (136)

Me sorprende la opinión del autor de esta nota referente a la frase “a falta de dar los revelados y racionales más claros”, como si ahora mismo supiéramos con certeza lo que sucede después de la muerte. Ni hay datos revelados, pues son simples opiniones o concepciones de cada ideología, ni existen datos racionales, pues los únicos que se conocen son los aportados por Moody y otros doctores que han recopilado los testimonios de personas que han vuelto a la vida después de la muerte clínica. (137)



GÉNESIS 124






CAPÍTULO 49 BENDICE JACOB A SUS HIJOS Y MUERE

Jacob muere en 1644 A.C.

Biblia Nacar-Colunga

1 Jacob llamó a sus hijos y les dijo: Reuníos, que voy a anunciar lo que os sucederá a lo último de los días.
2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob; escuchad a Israel, vuestro padre:'
3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y el fruto de mi primer vigor, cumbre de dignidad y cumbre de fuerza.
4 Herviste como el agua; no tendrás la supremacía, porque subiste al lecho de tu padre. Cometiste entonces una profanación, subiste a mi lecho.'
5 Simeón y Leví son hienas. Instrumentos de violencia son sus armas.
6 No entre mi alma en sus designios ni se una mi corazón a su asamblea, porque en su furor degollaron hombres y caprichosamente desjarretaron toros.
7 Maldita su cólera por violenta, maldito, por cruel, su furor. Yo los dividiré en Jacob y los dispersaré en Israel.
8 Tú en verdad eres Judá; te alabarán tus hermanos, tu mano pesará sobre la cerviz de tus enemigos, postraránse ante ti los hijos de tu padre.'
9 Cachorro de león, Judá, de la presa subes, hijo mío; posando te agachas como león, como leona, ¿quién (la hostigará) para que se levante?'
10 No faltará de Judá el cetro, ni de entre sus pies el báculo, hasta que venga aquel cuyo es, y a él darán obediencia los pueblos.
11 Atará a la vid su pollino, a la vid generosa el hijo de la asna; lavará en vino sus vestidos, y en la sangre de las uvas su manto.'
12 Brillan por el vino sus ojos, y de la leche blanquean sus dientes.
13 Zabulón habitará en la costa del mar, la costa de las naves, y tendrá su flanco junto a Sidón.
14 Isacar es un robusto asno, que descansa en sus establos.

15 Vio que su lugar de reposo era bueno y que era deleitosa la tierra, y prestó los lomos a la carga, y hubo de servir como tributario.
16 Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel.
17 Es dan como serpiente en el camino, como víbora en el sendero, que, mordiendo los talones al caballo, hace caer hacia atrás al caballero.
18 Tu salvación espero, ¡oh Yahvé!
19 Gad: salteadores le asaltan, y él les pica los talones.
20 Aser: su pan es suculento, hará las delicias de los reyes.
21 Neftalí es una cierva en libertad, que da bellos cervatillos.
22 José es un novillo, un novillo hacia la fuente (sus hijas subieron sobre la muralla).
23 Los arqueros le hostigan, los tiradores de saetas le atacan.
24 Pero la cuerda del arco se les rompe, y su poderoso brazo se encoge, por el poderío del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor de Israel.
25 En el Dios de tu padre hallarás tu socorro, en El-Saday, que te bendecirá con bendiciones del cielo arriba, bendiciones del abismo abajo, bendiciones del seno y de la matriz.
26 Las bendiciones de tu padre sobrepasarán a las bendiciones de los montes eternos, superarán la belleza de las eternas colinas, que caigan sobre la cabeza de José, sobre la frente del príncipe de sus hermanos.
27 Benjamín es lobo rapaz, que a la mañana devora la presa y a la tarde reparte los despojos.
28 Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que les habló su padre, bendiciéndolas a cada una con una bendición.
29 Después les mandó: “Yo voy a reunirme con mi pueblo; sepultadme con mis padres en la caverna que está en el campo de Efrón el jeteo,
30 en la caverna del campo de Macpela, frente a Mambré, en tierra de Canaán, que es la caverna que compró Abraham a Efrón el jeteo, con su campo, para tener sepultura de su propiedad.
31 Allí están sepultados Abraham, Sara, su mujer; Isaac y Rebeca, su mujer, y allí sepulté yo a Lía.'
32 El campo y la caverna que en él hay fueron comprados a los hijos de Jet.
33 Cuando acabó Jacob de dar estas órdenes a sus hijos, juntó sus pies en el lecho y expiró, yendo a reunirse con su pueblo.


Biblia Kadosh Israelita Mesiánica

1 Entonces Ya'akov llamó a sus hijos, y dijo: 'Reúnanse y yo les diré lo que sucederá en el ajarit-hayamim.
2 Reúnanse y escuchen, hijos de Ya'akov; presten atención a Yisra'el su padre.[134]
3 'Reuven, tú eres mi primogénito, mi fuerza, y el primero de mis hijos. duro para ser soportado, duro y obstinado.
4 Rompiendo en insolencia, no debiste haber hervido como agua, porque trepaste en la cama de tu padre y profanaste el lecho, entonces tú trepaste.[135]
5 'Shimeon y Levi son hermanos, relacionados por armas de violencia.
6 Que mi alma no entre en su consejo, ni mi honor se adhiera a su asamblea,[136] porque en su ira ellos mataron hombres, y en su pasión desjarretaron un toro.
7 Maldita sea su ira, porque ha sido fiera; su furia, porque ha sido cruel. Yo los dividiré en Ya'akov y los esparciré en Yisra'el.
8 'Yahudáh, tus hermanos te reconocerán, tu mano estará en la cerviz de tus enemigos, los hijos de tu padre se inclinarán delante de ti.
9 Yahudáh es un cachorro de león: desde la planta tierna, mi hijo, te paras sobre la presa. El se agacha y se extiende como león; como cachorro de león, ¿quién se atreve a provocarlo?
10 Un regidor no fallará de Yahudáh, ni un príncipe de sus lomos, hasta que venga para quien es reservado, (Shiloh[137]); y El es la expectación de las naciones.[138]
11 Atando a la vid su asno, y el potro del asno a la vid de uvas escogidas, El lava sus ropas en vino, sus mantos en la sangre de uvas.
12 Sus ojos más oscuros que el vino, sus dientes más blancos que la leche.
13 'Zevulun habitará en la costa del mar, con barcos anclados a lo largo de su costa y su frontera en Tzidon.
14 'Yissajar ha deseado aquello que es bueno; descansando entre las herencias.
15 Al ver el lugar de descanso que era bueno y la tierra que era fértil, él sujetó su hombro a labor, y se convirtió en agricultor.
16 'Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Yisra'el.[139]
17 Y que Dan sea víbora en el camino, tendido en emboscada sobre la senda, que muerde los talones del caballo así su jinete cae hacia atrás.[140]
18 Yo espero por tu salvación, YAHWEH.
19 'Gad, una tropa saqueadora lo saqueará a él, pero él los saqueará a ellos, persiguiendo a sus pies.
20 'La comida de Asher es rica - él proveerá comida digna de un rey.
21 'Naftali es tallo que se esparce, otorgando belleza en su fruto.
22 'Yosef es un hijo exaltado, mi preciado amado hijo es magnificado, mi hijo más joven, vuelve a mí.
23 Contra quien hombres tomando consejo maldito lo despreciaron, y los arqueros presionaron fuerte sobre él.
24 Pero sus arcos fueron poderosamente rotos, y los tendones de sus brazos fueron aflojados por las manos del Poderoso de Ya'akov, de allí es aquel que fortaleció a Yisra'el,
25 por el Elohim de tu padre, y mi Elohim te ayudó, por EL Shaddai, El te bendijo, con bendiciones del cielo arriba, bendiciones de la tierra poseyendo todas las cosas, a causa de las bendiciones de los pechos y del vientre.
26 Las bendiciones de tu padre y de tu madre - prevalecen por encima de las bendiciones de las duraderas montañas, y más allá de las bendiciones de las colinas eternas; serán sobre la cabeza de Yosef, sobre la corona de su cabeza de él quien de sus hermanos tomó la primacía.[141]
27 'Binyamin es un lobo enfurecido, en la mañana comerá quieto, en el atardecer él da comida.'
28 Todos estos son los doce hijos de Ya'akov, y así es como su padre habló a ellos y los bendijo, dando a cada uno su propia bendición individual.
29 Entonces él les ordenó como sigue: 'Yo estoy al ser unido con mi pueblo. Sepúltenme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efron el Hitti,
30 la cueva en el campo de Majpelah, junto a Mamre, en la tierra de Kenaan, la cual Avraham compró junto con el campo de Efron el Hitti como lugar de sepultura perteneciente a él -
31 allí ellos sepultaron a Avraham y su esposa Sarah, allí sepultaron a Yitzjak y su esposa Rivkah, y allí sepulté a Leah -
32 el campo y la cueva en él, el cual fue comprado de los hijos de Het.'
33 Cuando Ya'akov había terminado ordenando a sus hijos, recogió sus pies en la cama, respiró por última vez y fue reunido con su pueblo.


1 Jacob llamó a sus hijos y les dijo: Reuníos, que voy a anunciar lo que os sucederá a lo último de los días.


No se refiere Jacob a lo que le sucederá a sus hijos sino a sus descendientes.

Es muy de agradecer la siguiente nota que aparece en la Biblia Católica: El texto ha sufrido mucho y es de muy dudosa y difícil interpretación. Aun teniendo que recurrir a veces a la conjetura para su restitución, damos lo que más probable nos parece.

Naturalmente esta nota se refiere al contenido de este capítulo solamente.

2 Reuníos y escuchad, hijos de Jacob; escuchad a Israel, vuestro padre:'
3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fuerza y el fruto de mi primer vigor, cumbre de dignidad y cumbre de fuerza.

Rubén como primogénito representa las primicias de la fuerza viril de su padre y de su madre y por razón de estas primogenituras le correspondía una prominencia sobre sus hermanos. (118)

Jacob censura a Rubén por haberse acostado con su concubina Bala. (35,22): 4 Herviste como el agua; no tendrás la supremacía, porque subiste al lecho de tu padre. Cometiste entonces una profanación, subiste a mi lecho.

5 Simeón y Leví son hienas. Instrumentos de violencia son sus armas.

Simeón y Leví son hermanos uterinos, hijos de Lía que vengaron bárbaramente la violencia, violación, hecha a su hermana Dima. (Capítulo 34) (119)

6 No entre mi alma en sus designios ni se una mi corazón a su asamblea, porque en su furor degollaron hombres y caprichosamente desjarretaron toros.
7 Maldita su cólera por violenta, maldito, por cruel, su furor. Yo los dividiré en Jacob y los dispersaré en Israel.

Quedaron divididos porque Leví no tuvo territorio fijo en Israel y Simeón que se estableció en medio de Judá vino a quedar absorbido por este (120) según podemos ver en Josué 19, 1-9 y en jueces 1,3-7

GÉNESIS 123

 




CAPÍTULO 48

Biblia Nacar-Colunga

1 Después de todo esto vinieron a decir a José: “He aquí que tu padre está enfermo”; tomó José consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraím.'
2 Anunciáronselo a Jacob, diciendo: “He aquí que tu hijo viene a verte”; y, haciendo un esfuerzo, se sentó en el lecho.'
3 Después dijo a José: “El Dios omnipotente (El Saday) se me apareció en Luz, tierra de Canaán, y me bendijo diciendo:
4 “Yo te acrecentaré y te multiplicaré, y te haré muchedumbres de pueblos, y daré esta tierra a tu descendencia después de ti, para que por siempre la poseas.
5 Los dos hijos que antes de mi venida a ti, a la tierra de Egipto, te nacieron en ella, serán hijos míos. Efraím y Manasés serán hijos míos, como lo son Rubén y Simeón;'
6 pero los que tú has engendrado después de ellos, serán tuyos, y bajo el nombre de sus hermanos serán llamados a la herencia.
7 Cuando volvía de Padán Aram, se me murió Raquel en el camino, en tierra de Canaán, a distancia de un “kibrat” de Efratá, y allí la sepulté en el camino de Efratá, que es Belén.”
8 Vio Israel a los hijos de José y preguntó: “Estos, ¿quiénes son?”
9 José respondió a su padre: “Son mis hijos, los que me ha dado Dios aquí.” “Acércalos, te ruego, para que los bendiga.”
10 Los ojos de Israel se habían oscurecido por la edad y no podía ya ver. José los acercó, y él los besó y los abrazó,
11 diciendo a José: “No creí ya ver más tu rostro, y he aquí que Dios me ha dejado verte a ti y también a tu prole.”
12 José los sacó de entre las rodillas de su padre y, postrándose ante él en tierra,
13 los puso, a Efraím a su derecha y a la izquierda de Israel, y a Manasés a su izquierda y a la derecha de Israel, y los acercó.
14 Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraím, que era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés. De intento lo hizo, aunque Manasés era el primogénito.
15 Bendijo a José diciendo: “Que el Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me ha sustentado desde que existo hasta hoy,
16 que el ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos niños. Que se llamen con mi nombre y con el nombre de mi padre Abraham e Isaac, y se multipliquen grandemente en medio de la tierra.”
17 José, al ver que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efraím, se disgustó; y, tomando la mano de su padre de sobre la cabeza de Efraím para ponerla sobre la de Manasés,'
18 le dijo: “No es así, padre mío, pues el primogénito es éste; pon la mano derecha sobre su cabeza.”
19 Pero su padre rehusó, diciendo: “Lo sé, hijo mío, lo sé; también él será un pueblo, también él será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia vendrá a ser muchedumbre de pueblos.”
20 Los bendijo, pues, Israel aquel día, diciendo: “Por ti bendecirán a Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraím y Manasés.” Y puso a Efraím antes de Manasés.
21 Israel dijo a José: “Yo voy a morir, pero Dios estará con vosotros y os reconducirá a la tierra de vuestros padres.
22 Te doy a ti, a más de lo de tus hermanos, una parte que yo tomé a los amorreos con mi espada y con mi arco.”



Biblia Kadosh Israelita Mesiánica

1 Un tiempo después alguien le dijo a Yosef que su padre estaba enfermo. El tomó con él sus dos hijos, Menasheh y Efrayim, y vino a Ya'akov.
2 Le dijeron a Ya'akov: 'Aquí viene tu hijo Yosef.' Yisra'el reunió su fuerza y se sentó en la cama.
3 Ya'akov le dijo a Yosef: 'El Shaddai se me apareció en Luz en la tierra de Kenaan, y me bendijo,
4 diciéndome: 'Yo te haré fructífero y numeroso. Yo te haré multitud de naciones; y Yo daré esta tierra a tu zera para que la posean para siempre.'
5 Ahora tus dos hijos, que te nacieron en la tierra de Mitzrayim antes de que yo viniera a ti en Mitzrayim, son míos; Efrayim y Menasheh serán tan míos como Reuven y Shimeon lo son.
6 Los hijos nacidos a ti después de ellos serán tuyos, pero para el propósito de herencia ellos serán contados con sus hermanos mayores.
7 'Ahora en cuanto a mí, cuando yo vine de Padam, Rajel tu madre murió en la tierra de Kenaan, mientras hicimos noche en Yabrat en la tierra de Kenaan, para así venir a Efrat; así que yo la sepulté allí en el camino hacia Efrat (también conocida por Beit-Lejem).'
8 Entonces Yisra'el vio a los hijos de Yosef, y preguntó: '¿Quiénes son estos?'
9 Yosef respondió a su padre: 'Ellos son mis hijos, que Elohim me ha dado aquí.' Ya'akov respondió: 'Yo quiero que los traigas aquí a mí, para poder bendecirlos.'
10 Ahora los ojos de Yisra'el estaban apagados por la vejez, así que no podía ver. Yosef trajo sus hijos cerca de él, y él los besó y los abrazó.
11 Yisra'el dijo a Yosef: 'Observa, no he sido privado de ver tu rostro, ¡pero Elohim me ha permitido ver tu zera también!'
12 Entonces Yosef los sacó de entre sus rodillas y se postró en la tierra.
13 Y Yosef los tomó a ambos, Efrayim en su mano derecha hacia la mano izquierda de Yisra'el y Menasheh en su mano izquierda hacia la mano derecha de Yisra'el, y los trajo cerca de él.
14 Pero Yisra'el extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza del más joven, Efrayim, y puso su mano izquierda en la cabeza de Menasheh - él intencionalmente cruzó sus manos, aun siendo Menasheh el primogénito.
15 Entonces él los bendijo a ellos: 'El Elohim en cuya presencia mis padres Avraham y Yitzjak fueron bien placenteros, el Elohim que me ha alimentado desde mi juventud hasta este día,
16 el malaj que me rescató de todo peligro, bendiga estos niños. Que ellos recuerden quién yo soy y qué es lo que represento, y asimismo mis padres Avraham y Yitzjak, quiénes fueron ellos y qué representan. Y que ellos crezcan a producir multitudes en la tierra.
17 Cuando Yosef vio que su padre estaba poniendo su mano derecha sobre la cabeza de Efrayim no le complació, y levantó la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efrayim y ponerla en la cabeza de Menasheh.
18 Yosef le dijo a su padre: 'No lo hagas de esa forma, mi padre, porque éste es el primogénito. Pon tu mano derecha en su cabeza.'
19 Pero su padre rehusó, y dijo: 'Yo sé eso, hijo mío, yo lo sé. El también se hará un pueblo, y él también será grande; no obstante su hermano menor será mayor que él, y su zera formará multitud de naciones.
20 Entonces ese día añadió su bendición sobre ellos: 'En ustedes Yisra'el será bendecido, diciendo: 'Que Elohim te haga como Efrayim y Menasheh.'' Así él puso a Efrayim delante de Menasheh.
21 Yisra'el entonces dijo a Yosef: 'Tú ves que estoy muriendo, pero Elohim estará contigo y te devolverá a la tierra de tus padres.
22 Además, Yo te estoy dando un sh´jem [hombro, parte, cerro, ciudad de Shejem] más que a tus hermanos; yo la capturé de los Emori con mi espada y arco.'


José es avisado de que su padre está enfermo, y cogiendo a sus dos hijos le visita.

3 Después dijo a José: “El Dios omnipotente (El Saday) se me apareció en Luz, tierra de Canaán, y me bendijo diciendo:
4 “Yo te acrecentaré y te multiplicaré, y te haré muchedumbres de pueblos, y daré esta tierra a tu descendencia después de ti, para que por siempre la poseas.
5 Los dos hijos que antes de mi venida a ti, a la tierra de Egipto, te nacieron en ella, serán hijos míos. Efraím y Manasés serán hijos míos, como lo son Rubén y Simeón;'
6 pero los que tú has engendrado después de ellos, serán tuyos, y bajo el nombre de sus hermanos serán llamados a la herencia.



Jacob dice a José que la herencia, la tierra de Canán, se repartirá entre las tribus que formarán sus hijos y sus nietos pero no todos formarán tribus independientes sino que algunos se agutinarán en otras. Así los hijos de José, Efraín y Manasés, formarán sus tribus independientes, mas sus hermanos se aglutinarán con ellos. Israel bendice a los hijos de José, pero puso su mano derecha sobre Efraín en vez de sobre Manasés, que era el primogémito. José al darse cuenta se disgustó y llamó la atención a su padre cambiándole la mano de cabeza:

19 Pero su padre rehusó, diciendo: “Lo sé, hijo mío, lo sé; también él será un pueblo, también él será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia vendrá a ser muchedumbre de pueblos.”




Y así fue realmente. La tribu de Efraín fue siempre más poderosa que la de Manasés y más influyente en la historia de Israel. (117)

21 Israel dijo a José: “Yo voy a morir, pero Dios estará con vosotros y os reconducirá a la tierra de vuestros padres.
22 Te doy a ti, a más de lo de tus hermanos, una parte que yo tomé a los amorreos con mi espada y con mi arco.”



Estas palabras tan enigmáticas tienen una explicación relativamente sencilla: Naturalmente la herencia no la podrá tomar José directamente, sino su descendencia. En cuanto a la “parte que yo tomé a los amorreos, con mi espada y mi arco” dice una nota de la Biblia Católica. Verso oscuro y que no tiene explicación en la historia del patriarca. El libro apócrifo de los Jubileos toma ocasión de aquí para tejer un relato legendario y maravilloso.

Yo no he leído el Libro apócrifo de los Jubileos, por lo cual no estoy suficientemente informado para hablar con los datos necesarios, pero me atrevo a aventurar la siguiente hipótesis. ¿Y si el Libro de los Jubileos resulta que es auténtico y que por tanto debería estar incluido en el Génesis como el libro de Enoc? Entonces sabríamos qué quiere decir Jacob con esa frase, que supongo debe referirse a un trozo de tierra que conquistaría a los amorreos.

Tengamos en cuenta que la Biblia, en su totalidad, no es un libro de historia sino un libro de doctrina, donde solo se dice lo que se quiere que la gente crea, y lo que no favorece a ese objetivo se elimina, llamando a esos textos “escritos apócrifos” y se quedan tan panchos.

sábado, 8 de julio de 2023

GÉNESIS 122

 





José anuncia al faraón que ha llegado su familia e incluso le presenta a alguno de sus hermanos y después a su padre, los cuales, después de decir que son pastores, le solicitan la tierra de Gosén, a la cual dice el faraón a José que toda la tierra de Egipto está a su disposición. (47,1-6)

11 José estableció a su padre y a sus hermanos, asignándoles una propiedad en la tierra de Egipto, en la mejor parte de la tierra, en el distrito de Rameses, como lo había mandado el faraón,
12 y proveyó de pan a su padre y a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de las familias.

Aquí parece existir una contradicción, pues si se está hablando de Gosén, ¿por qué luego se dice que él se estableció en el distrito de Rameses?

En la Biblia, Nacar Colunga, viene una nota que a este respecto dice: La tradición señala como primera habitación de Israel el país de Gosen. Era la tierra más apta para la vida de los hijos de Jacob, pero es natural que con el tiempo se extendieran fuera de esta región. Aquí se menciona Rameses, pero muy probablemente ocupaba el sitio de Pelusio, a cuya región convenía el calificativo de “lo mejor de la tierra”. El salmo 78, 12.43 habla de Tanís, que era la capital de la dinastía hicsa.

Paréceme absurdo que antes de establecerse los hijos de Israel pudieran extenderse y considero atrevida esta afirmación, cuando ni siquiera se conoce la ubicación del distrito de Rameses. Por ello se me ocurre una explicación más sencilla: O en el país de Gosen, había un distrito llamado Ramesses, o bien en el distrito de Ramesses había una zona llamada el país de Gosen, es decir, una zona contenía a la otra.

José recoge a cambio de trigo todo el dinero que había en Egipto y en Canán (47,14). Cuando se le terminó el dinero recogió los ganados (47,16-17) y cuando se le volvió a terminar el trigo vendieron sus tierras al faraón a cambio de trigo, por lo cual todo pasó a ser propiedad del faraón. (47,18-21)

Para entender este trozo sobre la política de José es preciso notar la naturaleza del suelo de Egipto y su fertilidad, que depende del Nilo y exige grandes trabajos de canalización y conservación de los canales, que sólo el gobierno puede ejecutar. Esto impuso siempre un régimen especial en la propiedad agrícola, manifestada por la prestación personal, la requisa de los ganados y una propiedad limitada sobre la tierra.

En el imperio antiguo parece que eran los señores feudales los que ejercían este alto dominio que luego pasó a mano de los faraones y en ellas persistió en una u otra forma hasta el siglo XIX. (115)

22 Sólo dejó de comprar las tierras a los sacerdotes, porque éstos recibían del faraón una porción y no tuvieron que vender sus tierras.

De las tierras de los sacerdotes dice Herodoto que estaban exentas de tributo. (116) Cosa esta nada extraña, pues el clero de cualquier religión siempre tiene una serie de privilegios, sin duda alguna por el poder que posee sobre los demás.

26 Dio José una ley, que todavía hoy subsiste, por la cual pertenece al faraón el quinto del producto de las tierras de Egipto. Sólo las tierras de los sacerdotes no son del faraón.

Creo que sobra todo comentario, pues este versículo está clarísimo.

27 Habitó Israel en la tierra de Egipto, en la región de Gosén, y adquirieron allí posesiones, creciendo y multiplicándose grandemente.

Aunque tuvieron unos años malos, al fin los Elohim favorecen a su pueblo, no vaya a ser que se enfaden y renieguen de ellos, como se expresa en el Éxodo -libro más inmediato- donde como los Elohim los abandonan en determinadas ocasiones, el pueblo reniega de ellos.

Como se ve en este versículo, habitaron la región de Gosén no teniendo por qué haber confusión con Rameses.

Vivió Jacob 147 años, lo que nos demuestra cómo va bajando la longevidad de los patriarcas.

Israel llama a José y le pide que cuando muera no le sepulte en Egipto e incluso se lo hace jurar. Su deseo es descansar junto a sus padres, es decir, en la tierra de Canán que era la tierra prometida pero que nunca se alcanza.

GÉNESIS 121

 




CAPITULO 47 JACOB EN EGIPTO

Biblia Nacar-Colunga

1 Fue José a anunciar al faraón: “Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y sus bueyes y todo cuanto tienen, han venido de la tierra de Canaán y están en la tierra de Gosén.”
2 Habiendo llevado consigo a cinco de sus hermanos, se los presentó al faraón;'
3 y el faraón les preguntó: “¿Cuál es vuestra ocupación?” Ellos respondieron: “Nosotros, tus siervos, somos ganaderos desde nuestra infancia hasta ahora, y lo mismo fueron nuestros padres.”
4 Dijéronle también: “Hemos venido para habitar en esta tierra, pues no tenemos pasto para nuestros rebaños, por ser grande el hambre en la tierra de Canaán. Permite, pues, que habiten tus siervos en la tierra de Gosén.”
5 Y el faraón dijo a José: “Tu padre y tus hermanos han venido a ti.
6 Tienes a tu disposición toda la tierra de Egipto; establece a tu padre y a tus hermanos en lo mejor de la tierra; que habiten en la tierra de Gosén, y si sabes que hay entre ellos hombres capaces, hazlos mayorales de mis ganados.”
7 José hizo venir a su padre y le presentó al faraón. Jacob saludó al faraón,
8 y éste le preguntó: “¿Cuántos años tienes?”
9 Jacob contestó: “Ciento treinta son los años de mi peregrinación. Corta y mala ha sido mi vida, y no llega al tiempo de la peregrinación de mis padres.”
10 Jacob saludó de nuevo al faraón y se retiró de su presencia.
11 José estableció a su padre y a sus hermanos, asignándoles una propiedad en la tierra de Egipto, en la mejor parte de la tierra, en el distrito de Rameses, como lo había mandado el faraón,
12 y proveyó de pan a su padre y a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de las familias.
13 Ya no había pan en toda aquella tierra, pues el hambre era muy grande, y Egipto y la tierra de Canaán estaban exhaustos por el hambre.
14 José llegó a recoger, a cambio de trigo, todo cuanto dinero había en el país de Egipto y en la tierra de Canaán, e hizo entrar el dinero en la casa del faraón,
15 Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, venían todos los egipcios a José, diciéndole: “Danos pan. ¿Vamos a morir en tu presencia? Mira que ya nos falta dinero.”
16 José les dijo: “Puesto que os falta dinero, traedme vuestros ganados y os daré pan a cambio de ellos.”
17 Trajeron sus ganados, y José les dio pan a cambio de caballos, rebaños de ovejas y de bueyes y de asnos. Aquel año los proveyó de trigo a cambio de todos sus ganados.
18 Pasado éste, vinieron al siguiente, y le dijeron: “No se le oculta a nuestro señor que se nos ha acabado el dinero y que le hemos dado nuestros ganados, ni a nuestro señor se le oculta que nos no queda más que nuestro cuerpo y nuestras tierras.
19 ¿Vamos a perecer ante ti nosotros y nuestras tierras? Cómpranos y compra nuestras tierras por pan: seremos nosotros y nuestras tierras esclavos del faraón; danos para sembrar, para que podamos vivir y no muramos y no se queden yermas nuestras tierras.”
20 José adquirió para el faraón todas las tierras de Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, vendieron cada uno su campo, y la tierra vino a ser propiedad del faraón,
21 y sometió a la servidumbre del faraón tierras y pueblos desde el uno al otro extremo de la tierra de Egipto.
22 Sólo dejó de comprar las tierras a los sacerdotes, porque éstos recibían del faraón una porción y no tuvieron que vender sus tierras.
23 Y dijo José al pueblo: “Hoy os he comprado para el faraón a vosotros y a vuestras tierras. Ahí tenéis para sembrar; sembrad vuestras tierras.'
24 Al tiempo de la recolección, daréis el quinto al faraón, y las otras cuatro partes serán para vosotros, para sembrar y para manteneros vosotros, los de vuestra casa y vuestras familias.”
25 Ellos le dijeron: “Nos das la vida. Que hallemos gracia a los ojos de nuestro señor, y seremos siervos del faraón.”
26 Dio José una ley, que todavía hoy subsiste, por la cual pertenece al faraón el quinto del producto de las tierras de Egipto. Sólo las tierras de los sacerdotes no son del faraón.
27 Habitó Israel en la tierra de Egipto, en la región de Gosén, y adquirieron allí posesiones, creciendo y multiplicándose grandemente.
28 Vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, siendo todos los días de su vida ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando los días de Israel se acercaban a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: “Si he hallado gracia a tus ojos, pon, te ruego, la mano bajo mi muslo y haz conmigo favor y fidelidad. No me sepultes en Egipto.
30 Cuando me duerma con mis padres, sácame de Egipto y sepúltame en su sepulcro.” José le respondió: “Haré lo que me dices.”
31 “Júramelo,” dijo Jacob. José se lo juró, e Israel se postró sobre la cabecera del lecho.





Biblia Kadosh Israelita Mesiánica

1 Entonces Yosef entró, y le dijo a Faraón: 'Mi padre y mis hermanos han venido de la tierra de Kenaan con sus rebaños, ganado y todas sus posesiones; ahora mismo están en la tierra de Goshen.'
2 El tomó cinco de sus hermanos y los presentó a Faraón.
3 Faraón dijo a sus hermanos: '¿Cuál es la ocupación de ustedes?' Ellos respondieron a Faraón: 'Tus sirvientes son pastores, ambos nosotros y nuestros antepasados.'
4 Y añadió: 'hemos venido a vivir en la tierra, porque en la tierra de Kenaan no hay lugar para pastar los rebaños de tus sirvientes, la hambruna es tan severa allí. Por lo tanto, por favor, deja que tus sirvientes vivan en la tierra de Goshen.'
5 Faraón dijo a Yosef: 'Que vivan en la tierra de Goshen. Y si tú conoces que entre ellos hay hombres capaces, hazlos cuidar mi ganado.' Así, pues, Ya'akov y sus hijos vinieron a Mitzrayim. Y Faraón rey de Mitzrayim, oyó de esto. Y Faraón habló a Yosef, diciendo: 'Tu padre y tus hermanos han venido a ti,
6 observa, y la tierra de Mitzrayim está delante de ti; en la mejor tierra asienta a tu padre y tus hermanos.'
7 Yosef entonces trajo a Ya'akov su padre y lo presentó a Faraón, y Ya'akov bendijo a Faraón.
8 Faraón preguntó a Ya'akov: '¿Qué edad tienes?'
9 Y Ya'akov respondió: 'Los días de mi peregrinación han sido de 130 años; ellos han sido pocos y difíciles, y no alcanzan al número de los años de la vida de mis padres en su peregrinación.[129]'
10 Entonces Ya'akov bendijo a Faraón y se fue de su presencia.
11 Yosef encontró un lugar para su padre y hermanos, y les dio propiedad en la tierra de Mitzrayim, en la mejor región del país, en la tierra de Raamses, como Faraón había ordenado.
12 Yosef proveyó alimentos para su padre, sus hermanos, toda la casa de su padre, grano para cada persona.
13 No había alimentos en ningún lugar, porque la hambruna era severa, así que ambos Mitzrayim y Kenaan se volvieron débiles del hambre.

14 José llegó a recoger, a cambio de trigo, todo cuanto dinero había en el país de Egipto y en la tierra de Canaán, e hizo entrar el dinero en la casa del faraón,
15 Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, venían todos los egipcios a José, diciéndole: “Danos pan. ¿Vamos a morir en tu presencia? Mira que ya nos falta dinero.”
16 José les dijo: “Puesto que os falta dinero, traedme vuestros ganados y os daré pan a cambio de ellos.”
17 Trajeron sus ganados, y José les dio pan a cambio de caballos, rebaños de ovejas y de bueyes y de asnos. Aquel año los proveyó de trigo a cambio de todos sus ganados.
18 Pasado éste, vinieron al siguiente, y le dijeron: “No se le oculta a nuestro señor que se nos ha acabado el dinero y que le hemos dado nuestros ganados, ni a nuestro señor se le oculta que nos no queda más que nuestro cuerpo y nuestras tierras.
19 ¿Vamos a perecer ante ti nosotros y nuestras tierras? Cómpranos y compra nuestras tierras por pan: seremos nosotros y nuestras tierras esclavos del faraón; danos para sembrar, para que podamos vivir y no muramos y no se queden yermas nuestras tierras.”
20 José adquirió para el faraón todas las tierras de Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, vendieron cada uno su campo, y la tierra vino a ser propiedad del faraón,
21 y sometió a la servidumbre del faraón tierras y pueblos desde el uno al otro extremo de la tierra de Egipto.
22 Sólo dejó de comprar las tierras a los sacerdotes, porque éstos recibían del faraón una porción y no tuvieron que vender sus tierras.
23 Y dijo José al pueblo: “Hoy os he comprado para el faraón a vosotros y a vuestras tierras. Ahí tenéis para sembrar; sembrad vuestras tierras.'
24 Al tiempo de la recolección, daréis el quinto al faraón, y las otras cuatro partes serán para vosotros, para sembrar y para manteneros vosotros, los de vuestra casa y vuestras familias.”
25 Ellos le dijeron: “Nos das la vida. Que hallemos gracia a los ojos de nuestro señor, y seremos siervos del faraón.”
26 Dio José una ley, que todavía hoy subsiste, por la cual pertenece al faraón el quinto del producto de las tierras de Egipto. Sólo las tierras de los sacerdotes no son del faraón.
27 Habitó Israel en la tierra de Egipto, en la región de Gosén, y adquirieron allí posesiones, creciendo y multiplicándose grandemente.
28 Vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, siendo todos los días de su vida ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando los días de Israel se acercaban a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: “Si he hallado gracia a tus ojos, pon, te ruego, la mano bajo mi muslo y haz conmigo favor y fidelidad. No me sepultes en Egipto.
30 Cuando me duerma con mis padres, sácame de Egipto y sepúltame en su sepulcro.” José le respondió: “Haré lo que me dices.”
31 “Júramelo,” dijo Jacob. José se lo juró, e Israel se postró sobre la cabecera del lecho.

GÉNESIS 129

  Pero para poder estudiar bien las reacciones que tendrán y las alteraciones psicofísicas que estas reacciones provocarán, es necesario int...