miércoles, 11 de enero de 2023

GÉNESIS 64

 


Pero ¿Cómo explicamos la lluvia de fuego y azufre?

“Toda la región es insólitamente rica en termas, fuentes sulfhídricas, depósitos de hidrocarburos, asfalto, betún y testimonios similares de la antigua intensidad volcánica del valle del Jordán y las montañas circundantes de hasta 1400 metros de altitud.

Todavía hoy existe en la orilla  sur del Mar Muerto una fuente muy concurrido por extranjeros, que desprende un olor muy intenso a ácido sulfhídrico. (84)

En cuanto a la humareda que se formó, tenemos un hecho semejante ocurrido en julio de 1927, cuando se produjo un terremoto en la parte nordeste del Mar Muerto, en las inmediaciones de Zerka, donde se observaron las columnas de humo y los gases escapados produjeron fuego en el aire y olor a azufre. (84)

Richard Hennig explica así la cita del Génesis a la mujer de Lot:

“Es evidente el fondo natural de esta historia. En la región sur del Mar Muerto, se levantan rocas de sal de bizarro aspecto, cuya figura es cambiada una y otra vez por la acción del viento y los agentes atmosféricos. Con un poco de imaginación, a esas figuras rocosas se las puede encontrar parecidos con figuras de personas o animales. Cualquiera de las rocas que tuviera algún parecido con una figura de mujer, puede haber sido antiguamente el motivo para considerarla como la mujer de Lot.” (85)

Expongamos ahora otra de las hipótesis, ésta defendida por Mijaíl Agrest, insigne físico y matemático. Según Agrest fue una nave extraterrestre la causante de la catástrofe: “Los visitantes espaciales, obligados a deshacerse de una parte de su combustible nuclear, lo habían hecho estallar tras haber alejado a los habitantes de la zona.” (86) “En la lluvia de fuego y de azufre ardiente –dice Agrest- vemos algo muy similar a los efectos de una explosión termonuclear. Si los habitantes de Hirosima no hubieran sido tan evolucionados, con seguridad habrían descrito de modo análogo la destrucción de su ciudad. El azufre arde desprendiendo un calor elevadísimo y disuelve los cuerpos a los que se adhiere.

En cuanto a lo sucedido a la mujer de Lot, Peter Kolosimo nos recuerda el fenómeno de vitrificación del cemento armado tras el bombardeo de Hirosima y continúa: “La mujer al quedarse parada, podía haber sido alcanzada por la “onda atómica” que al barrer los vastos yacimientos de sal gema todavía existentes en aquella zona, la habrían cubierto de finísimo polvillo, hasta convertirla precisamente semejante a una estatua de sal.” (87)

Para las personas que consideren imposible la existencia en aquella época, de armas tan sofisticadas, propias de nuestro siglo XX, expondremos algunas referencias de textos orientales donde se hacen descripciones insólitas.

Se dice en el Musala Parva: “Fue un arma desconocida, un fulgor de hierro, un gigantesco mensajero de muerte que redujo a cenizas todos los pertenecientes a la raza de los Vrishnis y de los Andhukas. Los cadáveres abrasados era irreconocibles, pelos y uñas se desprendían, la vajilla se rompía sin causa aparente, los pájaros se tornaba blancos. En el transcurso de algunas horas, todos los alimentos se volvieron nocivos…”

Y por otro lado: “Cukra, volando a bordo de un vimana de alta potencia, lanzó sobre la triple ciudad un proyectil solo cargado con la fuerza del Universo. Una humareda incandescendente, semejante a diez mil soles, se levantó en todo su esplendor…”

Como vemos, estos relatos tienen mucha semejanza con el cargo que nos ocupa, con la diferencia de que resultan más explícitos que el narrado en el Génesis. Pero veamos que se dice en el Drona Parva:

“Lanzaron un proyectil gigantesco que ardía con fuego sin humo, y una profunda oscuridad descendió sobre los soldados y las cosas. Se levantó un viento terrible y nubes de color de sangre cayeron hasta el suelo: la Naturaleza enloqueció y el Sol giró sobre si mismo. Los enemigos caían como arbolillos destruidos por las llamas, las aguas de os ríos hervían, y quienes se lanzaban a ellas en busca de salvación morían míseramente. Los bosques ardían, elefantes y caballos barritaban y relinchaban en su alocada carrera entre el fuego. Cuando el viento hubo barrido el humo de los incendios, descubrimos miles de cadáveres reducidos a cenizas…”

El “Arma de Brahma” se describe así en el Dorna Parva:

“El hijo de Drana lanzó el arma, soplaron fuertes vientos y el agua se desencadenó arremolinándose contra la tierra. Fortísimos truenos aturdían a los soldados, la tierra retemblaba, el agua se encrespaba y las montañas se hendían.” (88)

Después de la desazón que produce imaginar estas armas destructoras, hemos de continuar con en el relato bíblico que nos aporta algunos datos más: 27 Levantóse Abraham de mañana y fue al lugar donde había estado con Yahvé,

28 y, mirando hacia Sodoma y Gomorra y toda la hoya, vio que salía de la tierra una humareda, como humareda de horno.”

 

El versículo 28 de la B.Testigo de Jehová se expresa con algo más de claridad en lo referente a la humareda: 28 Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación!

Otro dato que consideramos importante es el que se nos da a continuación: 30 Más tarde Lot subió desde Zóar y empezó a morar en la región montañosa, y sus dos hijas junto con él, porque le dio miedo morar en Zóar. De modo que empezó a morar en una cueva, él y sus dos hijas.”

Con todos estos datos vamos a intentar elaborar una hipótesis.

Se nos hace muy difícil deducir cual fue la razón de destruir estas ciudades y nos negamos a creer que Yawhew/Jehová fuese capaz de matar a todas las personas que no seguían sus principios, por lo que creemos que debieron ser avisados todos de lo que iba a suceder. Unos se lo creerían y por tanto huirían y otros, en cambio, se quedarían y por ello perecieron.

Si al igual que nosotros en la actualidad, estos seres superevolucionados, disponían de máquinas que funcionaban con energía nuclear, al igual que nuestras centrales eléctricas, es natural que tuvieran residuos nucleares, con los cuales algo había que hacer. Actualmente, los países nórdicos de Europa, incluida Inglaterra, vierten sus residuos nucleares cerca de las costas gallegas de forma que no sabemos que sucederá cuando esos bidones se rompan.

Cabe pensar pues que , estos seres consideraron como mejor forma de quitarse de en medio los residuos nucleares, explosionarlos en una zona donde se produjera el mismo daño, mediante una bomba o cargas termonucleares de explosión controlada.

Deduzco que eligieron aquel lugar, precisamente por estar en una hoya, con lo cual los vientos esparcirían menos que en otro lugar la radioactividad ambiental, producto de la explosión.

Que se trata de una explosión controlada no cabe duda alguna, pues a Lot se le permite refugiarse en Zoar, que debería estar a muy pocos quilómetros de Sodoma –probablemente a menos de una hora de camino- aunque se le había recomendado que huyera a las montañas, es decir, a las zonas altas.

Es lógico que una operación de este tipo esté perfectamente planificada y por ello esté previsto día y hora, por lo cual apremian a Lot a que se refugie, pues la hora se acerca.

Los “mensajeros” son los encargados de evacuar las ciudades de la zona y en su momento avisar al centro de operaciones de que no existe impedimento alguno, por ello le dicen a Lot que hasta que él no se refugie ”nada podrán hacer”.

Hemos de darnos cuenta que absolutamente toda la narración de la Biblia, como cualquier historia, está escrito bajo el punto de vista subjetivo del narrador y por tanto, nada se puede tomar al pie de la letra, sino intentando situarnos en su lugar para interpretar que es lo que nos quiere decir o mejor deducir que pudo pasar realmente. Así entiendo que si bien existía gente depravada en Sodoma, no lo eran absolutamente todos, al menos los niños, y observamos que a las mujeres no se las menciona, pues se habla solo de los varones “desde el más joven hasta el más viejo” que se agolpan rodeando la casa de Lot. Por otro lado, explicarle a Lot las auténticas razones de la operación no habría servido de nada, puesto que no lo habría comprendido; por eso se le expuso como motivo la depravación de las gentes. Sin embargo si se le tuvo que explicar con claridad el alcance de la explosión y como protegerse de ella; de ahí que luego sintiera miedo de permanecer en Zoar y buscase refugio en una cueva de las montañas pues es donde estaría más protegido de las radiaciones, emitidas por radiactividad provocada por la explosión de la bomba termonuclear.

Nos inclinamos a pensar en una bomba y no en cargas superficiales o subterráneas, por considerar que en principio era más sencillo de resolver, y por otro lado ateniéndonos al texto que dice “llovió azufre y fuego desde los cielos.”

Es evidente que la explosión,  aparte de destruir absolutamente todo lo que pilló en su radio de acción, produjo un gran socavón y por tanto a la acción de la bomba se unió la combustión de hidrocarburos, asfalto, sulfhídricos, etc. existentes en el subsuelo tal como nos dice Blanckenhosa, con cuyas opiniones estoy de acuerdo, añadiendo tan solo que, el desencadenante del terremoto fue la explosión de una bomba termonuclear.

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