Con todos estos datos, podemos emitir una hipótesis sobre lo que sucedió, cómo y por qué:
Yahweh y su equipo de científicos, debieron hacer unos años atrás una serie de experimentos, los cuales –sospechan- pudieron contaminar la atmósfera o las tierras de alguna forma. Para comprobar si esto fue así y hasta que punto pudo afectar a los seres vivos de la zona, deciden analizar a una serie de animales (los cuales se suelen utilizar como alimentación para los humanos) para así determinar su peligrosidad.
Por supuesto “ellos” no quieren ser vistos y, si matan una cabra, una vaca y un carnero de alguien, podrían ser vistos o al menos se notaría la falta, y esto podría crear cierta psicosis que afectaría al desarrollo normal de los acontecimientos. Por tanto, la forma más sencilla de resolver la cuestión es comunicarse con Abram que ya está acostumbrado a “ellos” y que les lleve los animales a un determinado lugar. De paso aprovecharán para comunicarle algunas cosas sobre su futuro y el de sus descendientes que lo tiene perfectamente planificado.
Abram sigue dando vueltas al asunto prometido por Yahweh, pues no comprende como podrá ser padre de un gran pueblo si no tiene descendencia, siendo que su mujer es estéril. Por ello, cada vez que se presenta la ocasión, le pregunta a Yahweh y, como este le contesta a la pregunta le plantea otra: quiere saber como conocerá que poseerá la tierra de Canán. Pero Yahweh no le contesta ahora a la pregunta, en cambio le da una orden: prepara unos animales para su análisis.
Estos animales, como hemos visto, unos son mamíferos y tienen tres años. Las aves son más jóvenes. Se trata pues de un muestreo, y suponemos que hace al menos tres años que se realizó el experimento presuntamente contaminante.
Una vez que Abram ha preparado a los animales, abriéndolos en canal los mayores –para adelantar tiempo- se deciden a realizar las operaciones pertinentes.
Es necesario que Abram les deje trabajar tranquilamente y a su vez implantar una serie de sugestiones en su mente, con el fin de que actúe según los planes previstos. Por lo tanto lo mejor es hipnotizarlo –telepáticamente- aprovechando que ya estaba en contacto. Es entonces cuando siente esa sensación de oscuridad aterradora, pues piensa: ¿Cómo es posible que se me haga obscuro si aún no se ha puesto el Sol? Si unimos esto al sopor o sueño que le embarga, de forma que no lo puede controlar, nos haremos una idea de las extrañas sensaciones y pensamientos que pasaron por la mente, hasta el punto de aterrorizarse.
El sueño le vence y mientras tanto no se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, pues además le está hablando Yahweh, su dios. Por cierto, que no tenía por qué ser Yahweh/Jehova precisamente, pues si viéndolos (a ELLOS) no distingue cual es Yahweh –según veremos en capítulos siguientes- ahora que solo lo oye ¿cómo sabe que es Yahweh quien le habla?
Mientras tanto, alumbrándose con potentes focos o linternas. “ellos” proceden al análisis de los animales.
Tal vez con el experimento que hicieron y el análisis de ahora, quieren determinar, hasta que punto contaminaría el ambiente el procedimiento de destrucción de Sodoma y Gomorra.
Una vez terminado el análisis, proceden a fumigar los animales con vapores de un líquido descontaminante, el cual sale a presión de un recipiente, mediante el dispositivo adecuado.
Precisamente cuando están terminando con la descontaminación de los cadáveres de los animales, Abram despierta de su sueño y ve como el recipiente descontaminante pasa por entre las partes de los cadáveres, a la vez que un potente rayo de luz. Naturalmente él lo asocia con cosas que conoce: una hornilla y una antorcha.
Lógicamente no ve nada más, pues el potente chorro de luz concentrada en los cadáveres, le impide ver lo que hay alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario