Vemos pues, que además de la sangre también son las entrañas y las patas, lavándose en agua para eliminar la sangre, aunque en los holocaustos se descuartizase completamente el animal para quemarlo, era necesario lavar las partes para eliminar la sangre.
En todos los mandatos que Yahweh da a los hombres de su sector, debemos considerar que dichos hombres carecen de conocimientos científicos y que por tanto para convencerles de la necesidad de obedecer a sus mandatos, no va a servir de mucho explicarles las razones. En estos casos, es mucho más eficaz implantar imágenes vívidas a través de los ritos, que condicionen las respuestas psicológicas a determinados estímulos, para conseguir que estas respuestas sean las buscadas.
Dicho de otra manera: en vez de decir que no deben tomar la sangre de los animales y por tanto deban lavarlos, porque así evitarán el peligro de contagio de posibles enfermedades de estos animales, se les dice que la sangre deben ofrecerla a Yahweh en holocausto porque a él le encanta su suave olor. De esta forma se evita incluso que otros animales puedan tomarla y contagiarse también.
Estos holocaustos o sacrificios, sabemos que en otros puntos de la Tierra y en otras épocas, incluso más recientes, se hacía con víctimas humanas, normalmente niños, doncellas y jóvenes adolescentes.
Estas ofrendas se hacían a los dioses con el fin de calmar su ira, con la esperanza de que las fuerzas de la Naturaleza se comportaran de manera más favorable con los humanos.
Que los dioses gustaban que se les ofrecieran sacrificios, está fuera de toda duda, pues hasta Yahweh disfruta con ello, pero ¿Cuál puede ser la causa, el origen de dichos sacrificios?
Si casi todos los pueblos que sufrieron algún diluvio o catástrofe interpretaron que se trataba de un castigo, naturalmente sería porque consideraban que se habían apartado de la línea de conducta marcada por los dioses. Pero para apartarse de esa línea de conducta, era necesario que alguien tan poderoso como los dioses les desviaran de esa línea.
Como vimos anteriormente al diluvio, había unas razas que gobernaban ciertos sectores de la Tierra, cuyo comportamiento dejaba bastante que desear, llegando en algunos casos al bestialismo y al canibalismo.
Es probable que, en principio, los “gobernadores” de cada sector, requirieran a los nativos para que les proveyesen de vituallas con que alimentarse y es posible que algunos degenerasen hasta tal punto que requiriesen sacrificios humanos. Esto podría explicar la creencia de muchos pueblos en que mediante los sacrificios de animales o incluso de jóvenes humanos, podía aplacarse la ira de los dioses y así conseguir las lluvias, la caza, aplacar volcanes, etc.
“Las “bestias mitológicas” hicieron entre la juventud humana una carnicería evocada por los sacrificios, los tributos de sangre fresca, pero finalmente los héroes, entendiendo por ello a los gigantes, hijos de los extraplanetarios y de las hijas de los hombres, terminaron con la tiranía de los seres anormales”. (56)
Yahweh, sabedor de todo esto, quiso evitar que su pueblo pudiese caer en estas bestialidades, o tal vez antes de él hacerse cargo de ese sector, el “gobernador” anterior les hizo realizar estas bestialidades y Yahweh quiso borrar el atavismo contraído, para lo cual bastaba transformar el concepto de la sangre que, en vez de ser símbolo de placer bestial, fuese símbolo de vida que se ofrecía al dios. Tal vez el atavismo podía conducir a la necesidad de consumo de sangre como el caso de los “vampiros”.
Así se explicaría que Yahweh llegue a decir:
5 Yo de cierto demandaré una cuenta de la sangre en sus vidas; Yo la demandaré de todo animal y de todo ser humano.
6 Cualquiera que derrame sangre humana por medio de su prójimo ser humano, su propia sangre se derramará; porque Elohim hizo al ser humano a su imagen.
Probablemente se articularon medidas técnicas, para evitar que volviese a suceder una catástrofe semejante al diluvio pues Yahweh exclama: 11 Yo estableceré mi Pacto que nunca jamás serán destruidos por las aguas de una inundación, y nunca jamás habrá inundación para destruir la Tierra.
Y dijo Yahweh: 12 Y Elohim dijo a Noaj: 'Aquí está la señal del Pacto que estoy haciendo entre mí mismo y ustedes y toda criatura viviente con ustedes, por todas las generaciones por venir;
13 estoy poniendo un arco iris en la nube - estará allí como señal del Pacto entre mí mismo y la tierra.
14 Cuando quiera que Yo traiga nubes sobre la tierra, y el arco iris sea visto en las nubes;
Difícil explicación tienen estos versículos, pues la forma en que se expresan hacen pensar que antes del diluvio no existía el arco iris, cosa absolutamente inadmisible, pues esto supondría que hasta entonces no se debía haber visto el Sol según la teoría de Riem que apuntamos en el capítulo 7. Este tampoco es posible pues estaría en contradicción con lo que se dice en 2,4-6 y no me explico tampoco como se habrían formado los ríos sin llover.
Cabría la posibilidad de aceptar que en tiempos inmediatamente anteriores al diluvio, si existiera la situación -en el sector- de estar todo cubierto de nubes y por tanto hacer cierto tiempo que allí no se veía el Sol por lo cual tampoco el arco iris, pero no encontramos en las tradiciones vestigio alguno de este suceso. Por ello llegamos a la conclusión de que se trata de crear una imagen vívida del pacto para que el pueblo de Yahweh no lo olvide, más que para no olvidarse Yahweh como se dice en 9,15-16: 15 Yo recordaré mi Pacto el cual es entre mí mismo y toda criatura viviente de cualquier clase; y el agua nunca jamás se convertirá en inundación para destruir a todos los seres humanos.
16 El arco iris estará en la nube; para que cuando Yo lo mire, Yo recordaré el Pacto perpetuo entre Elohim y toda criatura viviente de cualquier clase en la tierra.'
Si consideramos lo que se dice en el versículo 19 “Estos tres fueron los hijos de Noaj, y toda la tierra fue poblada por ellos” y comprobamos en el capítulo 10 los lugares que habitaron sus descendiente, nos daremos cuenta lo que entendían aquellas gentes por “toda la Tierra”
En cuanto a la anécdota que se narra en los versículos 20 a 24 (20 Noaj, un labrador, fue el primero en plantar una viña.
21 El bebió tanto del vino que se emborrachó y se acostó desnudo en su tienda.
22 Ham (Cam), el padre de Kenaan (Canaan),[35] vio a su padre vergonzosamente expuesto, salió y se lo dijo a sus dos hermanos.
23 Shem (Sem) y Yefet (Jafet) tomaron un manto, lo pusieron sobre ambos de sus hombros y, caminando hacia atrás, entraron y cubrieron a su padre que estaba desnudo. Sus rostros estaban vueltos, así que no vieron a su padre acostado allí vergonzosamente expuesto.
Cuando Noé se despertó de su vino, él supo lo que su hijo menor había hecho, creo que no tiene mayor importancia que la de enseñar a los jóvenes a respetar a sus padres incluso en situaciones como la que se expone, por tanto entiendo que se trata de una parábola.
Esta anécdota toma la categoría de parábola para enseñar también lo que no se debe hacer: beber demasiado para emborracharse y cubrir a la persona borracha, atenderla.
No obstante, la reacción del padre es excesiva para nostros hoy, pero entonces y en aquel lugar, las cosas se entendían de forma diferente y también puede ser una forma de justificar/profetizar lo que sucedería después con su hijo menor, que estaría al servicio de sus hermanos.
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