sábado, 3 de diciembre de 2022

GÉNESIS 29






Entonces le explicó lo que iba suceder y que debía construir una embarcación de acuerdo con el diseño de la tablilla que dejaría junto a los juncos. Le indicó que la embarcación debía estar techada en toda su extensión y no debía verse luz desde su interior, aparejo fuerte y muy fuerte y espesa la brea para que no entrase el agua ¡Que sea una embarcación de pueda darse la vuelta y caer, para sobrevivir a la avalancha de agua! Construye la embarcación en siete días, reúne en ella a tu familia y tus parientes, acumula en la embarcación comida y agua para beber, lleva también animales domésticos.

Después en el día apuntado, se te dará una señal, un guía de embarcación, designado por mi te llegará ese día y tendréis que entrar en la embarcación, tendréis que atrancar bien la portezuela. Un abrumador Diluvio, procedente del sur, devastará tierra y vida, vuestra embarcación se elevará sobre sus amarras, se dará la vuelta y caerá.

No tengáis miedo, el guía de la embarcación os llevará a un refugio seguro. ¡La simiente de la Humanidad Civilizada sobrevivirá por vosotros!

Cuando Enki calló, Ziusudra gritó ¡mi señor! ¡mi señor! ¡Tu voz he escuchado, deja que vea tu rostro!

¡No te he hablado a ti Ziusudra, a la pared de juncos he hablado!

Por decisión de Enlil, por un juramento estoy ligado a lo que juraron todos los Anunnaki. Ahora cabaña de juncos, presta atención a mis palabras: ¡El propósito de la embarcación, deberás guardarlo como un secreto de los Anunnaki!

Cuando Ziusudra salió de detrás de la pared de juncos vio y tomó la tablilla de lapislázuli y vio en ella la imagen de una embarcación y sus medidas. Ziusudra era el más sabio de los Hombres Civilizados y comprendió lo que había escuchado.

A la mañana siguiente anunció a la gente de la ciudad: El Señor Enlil ha estado enfadado con el Señor Enki, mi señor, por ello el señor Enlil me es hostil. No puedo seguir viviendo en esta ciudad, ni puedo poner ya mi pié en el Edin; al Abzu, a los dominios de mi señor Enki, iré navegando. En una embarcación que debo construir con rapidez, partiré de aquí; así remitirá la ira del señor Enlil, la penurias terminarán. ¡A partir de entonces, el señor Enlil hará llover sobre vosotros la abundancia! Así logró que la gente le ayudara a construir la barca que fue terminada en cinco días y la gente les llevó agua y comida a la embarcación. Después metieron animales y pájaros. Ziusudra hizo embarcar a su esposa, hijos y sus esposas así como los hijos de estos. También invitó a todo aquel que quisiera embarcarse para ir a la morada del señor Enki, pero como esperaban la abundancia de Enlil, solo se metieron los artesanos que le ayudaron a construir la embarcación.


Parece que era “vox pópuli” que Enlil y Enki no se llevaban muy bien.

Al sexto día llegó Ninagal, Señor de las Grandes Aguas, era hijo de Enki y había sido elegido para ser el navegante de la embarcación. Sostenía en sus manos una caja de madera de cedro que contenía todas las esencias vitales y los huevos de vida de las criaturas vivas, reunidas por Enki y Ninmah. Entonces Ninagal y Ziusudra esperaron en la embarcación la llegada del séptimo día. En el Shar 120 se esperaba el diluvio. En la estación de la constelación del León se hizo inminente la avalancha.

Durante días antes del diluvio la tierra estuvo retumbando y se estuvo viendo en los cielos a Nibiru como una estrella resplandeciente, después se hizo la oscuridad durante el día y la noche, la Tierra tembló y se vio agitada por una fuerza gravitacional desconocida hasta entonces. Con el resplandor del amanecer, una nube negra se levantó por el horizonte, la luz de la mañana reconvirtió en oscuridad. Después se oyó como un estruendo de truenos y los cielos se incendiaron con los rayos.

Utu dio la señal para partir a los Anunnaki.

A dieciocho leguas de distancia Ninagal vio las brillantes erupciones y le gritó a Ziusudra para que atrancase la portezuela de la embarcación. La cerraron de forma hermética.

Curiosamente este capítulo explica la construcción del arca cosa que no hacen los textos sumerios. Así describe Elohim a Noé como tiene que realizarla:

14 Hazte un arca de madera cuadrada; harás el arca con compartimientos y la cubrirás con brea por dentro y por fuera.

15 Aquí está como la harás; el largo del arca será de 450 pies, su ancho setenta y cinco pies y su altura cuarenta y cinco pies.

16 Estrecharás el arca cuando la estés haciendo, y en un cubito hacia arriba tú la terminarás. Pon una puerta a su lado, y la edificarás con piso de abajo, segundo y tercero la harás.


Con estos datos, el americano Hawkinson construyó un Arca para el Museo Naval de Newport-News, demostrándose que esta reproducción no era capaz de navegar (43). Sin duda los datos aportados por la Biblia son insuficientes pues posteriores experiencias realizadas con reproducciones a escala, basadas en las fotografías tomadas desde el aire de los restos de una embarcación, que se supone que es el Arca de Noé (pues se encuentra justo en el Monte Ararat) no solo se ha conseguido que flote, sino que sometidas las aguas a vientos dirigidos para provocar olas de tres veces la altura del arca, no se ha conseguido ni siquiera volcarla. Probablemente en las experiencias anteriores no se equilibraron los pesos interiores de la forma adecuada.

Como en capítulos anteriores observamos que según la Biblia todas las órdenes las da Yahweh, incluso para construir el arca, cuando según los textos sumerios, toda esta operación la lleva a cabo Enki a espaldas de su hermano Enlil.

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