Pero las hipótesis de Huang plantean sus problemas que el mismo explica:
En las proximidades de nuestro Sol, un gran porcentaje de estrellas se encuentra en sistemas múltiples, la mayoría binarios. Un planeta de un sistema binario es apto para desplazarse, variando con frecuencia la órbita, a veces calcinándose por ambos lados al mismo tiempo y pasando, en su trayectoria entre las estrellas, a veces frígidamente letal cuando se interna por las inmensidades del espacio. Con todo, no hay que descartar totalmente la posibilidad de vida en estos sistemas. Por ejemplo, si dos estrellas se encuentran lo suficientemente apartadas, cada una de ellas podría contar con planetas describiendo órbitas bastante estables. La distancia entre éstas, en el caso de estrellas similares en tamaño a nuestro Sol, tendría que ser por lo menos diez veces mayor que la que media entre la Tierra y el Sol. Si las estrellas se encontraran próximas una de otra, un planeta podría describir su órbita alrededor de ambas, manteniéndose dentro de la zona habitable.
De acuerdo con los cálculos llevados a cabo, las estrellas, en este caso, tendrían que estar separadas por una distancia no mayor de 0,05 veces la que existe entre la Tierra y el Sol.
Que un satélite pueda, en efecto, conservar una órbita estable pese a la presencia de otro cuerpo de gran tamaño, queda demostrado por la regularidad de la trayectoria mensual de la Luna alrededor de la Tierra en una región donde la gravedad del Sol deja sentir su influencia.
#8 Una vez que las plantas generan el oxígeno gracias a las radiaciones ultravioleta que el Sol les enviaba, nuestra atmósfera se nutre de este gas y comienzan a formarse los primeros elementos vivos.
Estos versículos expresan una verdad científica, pues los primeros seres vivos se tuvieron que formar en las aguas que posteriormente evolucionarían hacia las aves.
Veamos que opina Huang sobre la atmósfera de oxígeno y la formación de vida:
"Las formas elevadas de vida, deben haberse desarrollado únicamente en una atmósfera con oxígeno, ya que este gas permite la obtención de cuerpos químicos mucho más eficaces que los obtenidos con hidrógeno. Nuestra energía se deriva principalmente de la combustión del azúcar de glucosa (es decir, de su combinación con oxígeno), mientras que en un ambiente donde predomina el hidrógeno, la glucosa fermentaría en alcohol etílico y óxido de carbono, una reacción que produce 100 veces menos calorías que las que resultan de la primera reacción. Esto significaría sin lugar a dudas, que en un ambiente hidrogenado un ser viviente tendría que comer diez veces más para alcanzar el mismo grado de energía."
Veamos ahora la tesis de la "generación espontánea", que fue producto de la observación de como surgen los gusanos, procedentes de materia putrefacta. Esta tesis la defendía incluso Newton, pero Francisco Redi, anterior a Newton dijo: "Los gusanos blancos que aparecen en la carne podrida, provienen de huevos depositados por moscas" y lo demostró de la manera siguiente:
"Colocando dos pedazos de carne idénticos en sendas jarras, puede realizarse la prueba contraria a la teoría de la "generación espontánea". Una de las jarras conteniendo uno de los pedazos de carne se cubre con una gasa, dejando la otra al descubierto. Las moscas, al posarse en ambas jarras, no pueden penetrar la gasa de la que está cubierta. Algún tiempo después se comprobará que los gusanos solo han aparecido en la carne contenida en la jarra descubierta".
Consideramos que este experimento es más que suficiente para demostrar lo absurdo de tal teoría que parte de Aristóteles, (-384/-322) que fue sin duda el mayor propulsor de lo que hoy llamamos Biología, pero que en este aspecto erró y, lo más curioso, es que se ha continuado errando durante más de veinte siglos.
En el siglo XIX Charles Darwin, en su teoría de la evolución dijo: "Todas las especies, incluyendo la nuestra, descienden de algún ser viviente primitivo".
El genio de Darwin se adelantó unas décadas a las concepciones científicas. Pero veamos los experimentos de Pasteur, que a pesar de las controversias que en principio crearon, su genio salió triunfante.
Louis Pasteur en 1860 partió de París con 73 frascos graduados, tapados herméticamente, cada uno de ellos conteniendo un caldo fermentable que previamente había sido esterilizado por calor. Su primera parada fue Arbois, cerca de la curtiduría de su padre, en la proximidad del Jura francés, donde abrió veinte frascos para dejar libre entrada al aire y que seguidamente los volvió a cerrar herméticamente. Más tarde, en ocho de ellos se presentaron signos de fermentación.
"Los resultados demostraron- dijo Pasteur - que la putrefacción era producida por organismos que a elevadas alturas eran más escasos que a niveles bajos. En ninguno de los casos podía esperarse que todas las muestras fueran infectadas, como tampoco pillarían un resfriado todos los que se encontraran con una persona resfriada".
Pouchet con similares criterios llegó a conclusiones diferentes: "todo el aire es igualmente favorable para la génesis orgánica, tanto si provenía de una ciudad muy poblada, como del mar o de la cima de una montaña".
Esta rivalidad científica daría al final la victoria a Pasteur que accedió a ampliar sus tesis mediante una conferencia en la Sorbona:
"Estamos viviendo en una época de grandes debates ¿Fue el hombre creado hace miles de años o hace miles de siglos? ¿Son las especies de animales y plantas fijas en su forma o bien evolucionan de un tipo a otro?. Con el fin de no disgregar el interés, orientaré mi observación a una sola cuestión: ¿Puede la materia organizarse por si misma? ; en otras palabras ¿Pueden venir al mundo seres sin progenitores, sin antecesores?
La controversia en esta cuestión, que se ha esparcido por todo el dominio público, se suscitó entre dos grandes corrientes de ideas tan antiguas como el mismo mundo y que en nuestro tiempo conocemos por los nombres de materialismo y espiritualismo.
"¡Que victoria, caballeros, para el materialismo, si se pudiera demostrar, que la materia puede organizarse por si misma y convertirse en algo vivo! ¡Ah! Si pudiéramos conferirle a la materia, esta otra fuerza que se llama vida, ¿para qué recurrir a la idea de una creación primordial, ante cuyo misterio tiene uno que inclinarse, para que necesitaríamos la idea de un Dios creador?"
A continuación, insistiendo en el experimento, que le había llevado ante el auditorio, Pasteur mostró un frasco que contenía materia fermentable desde hacía varios años. Herméticamente cerrado hasta ese momento, el polvo no había penetrado en el frasco, y la materia que el sabio mostró no había fermentado. De esta manera se apuntó el triunfo personal de negar bajo su responsabilidad todo lo relacionado con la veracidad o no de la teoría de la "generación espontánea". Y concluyó:
Diez años después dio a conocer nuevos planteamientos:
"Hay una cualidad peculiar de las sustancias químicas de las cosas animadas, que las sitúa fundamentalmente aparte de las sustancias inorgánicas. Voy a referirme a continuación al trabajo que he llevado a cabo a cerca del modo particular de comportarse del ácido tartárico (derivados de uvas fermentadas) al variar su plano de polarización hacia la derecha o hacia la izquierda. El efecto es producido por una asimetría en la estructura de las moléculas relacionadas con la vida. No es una cuestión de química, sino más bien la manifestación de una "fuerza" cuyas raíces se encuentran en la asimetría del mismo universo".
Como dijimos anteriormente, Haldane consideraba que solo en ausencia de oxígeno libre, habrían podido sobrevivir los productos químicos en proceso de elaboración de masas o bloques que llegarían a moléculas complejas y respecto a esto consideraba:
"Los bloques primariamente formados, fueron sintetizados por acción de la luz ultravioleta solar incidiendo sobre una mezcla de óxido de carbono (como fuente de átomos de carbono), amoniaco (fuente de átomos de nitrógeno) y agua. Los componentes orgánicos difieren en otros productos químicos (compuestos inorgánicos) en que son elaborados alrededor de átomos de carbono, generalmente enlazados en cadena. Se les llama orgánicos porque primitivamente se creía que eran peculiares de materias vivas, o que fueron en algún tiempo vivas, como por ejemplo el carbón y el petróleo. Cuando en 1828 Federico Whöler obtuvo urea de materias inorgánicas puras, quedó demostrado que las sustancias orgánicas podían ser reproducidas independientemente del proceso de formación de vida.
Un siglo después de que Whöler realizara esta síntesis, los experimentos llevados a cabo en Liverpool parecieron confirmar la idea de Haldane de que tales sustancias estaban formadas principalmente por la acción de los rayos ultravioleta sobre el óxido de carbono, amoniaco y agua. Los experimentos -escribía en 1928- demostraron que una gran variedad de sustancias orgánicas están elaboradas incluyendo los azúcares y algunas materias de las que están formadas las proteínas. Hoy sabemos que si estas sustancias se dejan solas, se pudren, es decir, son destruidas por microorganismos. Sin embargo, antes del origen de la vida deben de haberse acumulado hasta que los océanos primitivos alcanzaran la consistencia de un caldo caliente diluido.
"En el mundo actual solo una pequeña fracción de la luz ultravioleta solar alcanza la superficie de la Tierra, el resto es absorbida por la atmósfera, en particular por el oxígeno en su forma triatómica O3 (ozono). Pero como Haldane indicaba, si la atmósfera de la Tierra primigenia no contenía oxígeno, debió en cambio de haber habido mucha luz ultravioleta para sintetizar compuestos orgánicos. Como evidencia de que las primeras formas de vida se desarrollaron en un ambiente exento de oxígeno, citó las formas de vida primitivas y aparentemente atrofiadas de hoy en día, que no pueden sobrevivir en presencia de oxígeno, tales como las bacterias causantes del tétanos y la gangrena gaseosa. Además, dijo, algunas de las especies superiores que tienen tendencia a recapitular sus historias evolutivas durante el desarrollo embrionario, no precisan oxígeno durante los primeros días después de la concepción. Los polluelos en embrión precisan, al principio, de poco oxígeno o de nada en absoluto, obteniendo su energía por fermentación de azúcar en ácido láctico, como la bacteria que agria la leche. En algunos mamíferos <<y con toda seguridad que Uds. y yo hemos vivido principalmente por fermentación durante la primera semana de vida prenatal>>.
Así mismo, hay poca variación en los procesos de fermentación de varias especies, mientras que los procesos de consumo de oxígeno, de los que obtienen su energía las fuerzas superiores de vida, son mucho más diversos, lo que sugiere que representan una fase posterior de desarrollo.
El concepto de Haldane, como el de Lucrecio, fue de síntesis por medio de interacciones casuales durante un largo periodo de tiempo. Sin nada más que los consumiera, los compuestos orgánicos de su caldo fueron engrosando y haciéndose más variados, hasta que aparecieron moléculas enormes y complejas, capaces de reproducirse entre ellas si están sumergidas en una mezcla específica de moléculas más pequeñas sobre las que poder actuar. Comparó la situación a la de un virus que solo puede reproducirse si se halla sumergido en un "cóctel" especial de moléculas, es decir, el tipo de células que ese virus infecta.
El siguiente paso fue encerrar las moléculas autorreproducibles en un recipiente conteniendo las sustancias apropiadas, es decir, una célula. Haldane observó que una película aceitosa tendía, en la superficie del agua, a enrollarse formando esferas que contenían pequeñas cantidades de agua. Algunas de estas diminutas gotitas envueltas por dicha película, llegan a contener tarde o temprano, el "cóctel" apropiado. Cuando todo este mar se convirtió en vasto laboratorio químico, las condiciones para la formación de estas películas deben de haber sido relativamente favorables.
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