viernes, 4 de noviembre de 2022

GÉNESIS 3








En un tiempo que desconocemos, estas nubes o "partículas" de la macroexplosión comenzaron a condensarse en cúmulos de galaxias.

Una vez acumuladas estas masas, la repulsión cósmica provocó la separación de las galaxias, aumentando por tanto las fuerzas tal como ahora podemos observar.

El problema que se plantea es que para esta teoría se necesita de una superfuerza que ponga en marcha la creación.

Pero FRED HOYLE y HERMANN BONDI propusieron una teoría de "creación continua" o "universo estacionario" que pretende superar esta objeción, proponiendo que el Universo existe desde siempre y que siempre existirá, y rechazando por tanto que el Universo haya tenido un principio finito.

Consideran que la materia se crea de la nada: Según van separándose las galaxias y dejan intervalos, se van formando átomos de hidrógeno, para dar nacimiento posteriormente a nuevas galaxias, que compartirán el movimiento general, puesto que lo que se expande no son las galaxias, sino el espacio que las contiene.

Aceptando la teoría "evolucionista" o bien de creación continua, con el transcurso del tiempo, cada fragmento cósmico, adoptó diferente forma, dependiendo de su velocidad de rotación. Aquellos cuyo movimiento era pequeño tomaron la conformación esférica, en cambio si su velocidad era mayor tomaron aspecto elipsoidal. En su mayor parte, su velocidad era tal que adoptaron la forma espiraloide.

Al aumentar progresivamente la condensación, también aumentó proporcionalmente la temperatura, hasta el punto en que las superficies calentadas comenzaron a emitir calor y posteriormente luz. Finalmente, se inició en ellas una cadena de reacciones termonucleares, transformando el hidrógeno en helio, tal como si fuese una gigantesca bomba H, y así es como se forman las estrellas.

#4 Debemos considerar que la idea del Universo que tenían los orientales era un poco especial, puesto que ellos considera­ban que el mar y el cielo eran las mismas aguas, que en principio estaban unidas y que fue preciso separar. Esta separación se produjo mediante la bóveda celeste en donde se encuentran los astros. Esta bóveda de bronce fundido, es la que sostiene las aguas celestes. Debajo de esta bóveda se encuentran los as­tros. (6)

6 Elohim dijo: "Sea el firmamento en el medio del agua; se divida el agua del agua." 
7 Elohim hizo el firmamento y dividió el agua debajo del firmamento y sobre el firmamento; así es como fue, 
8 y Elohim llamó el firmamento Cielo [shamayim] y Elohim vio que era bueno. Así
que fue la noche, y la mañana del segundo día.

En el "día" segundo, Dios crea el firmamento, al cual llama cielo, para lo cual separa unas aguas de otras, es decir, separa los fluidos que en principio, antes de la explosión, estaban juntos. Así el espacio comienza a expandirse, ese espacio al cual llamamos cielo.

No debemos confundir esto, con la creación de las estrellas que se realiza el "día" cuarto, por tanto el Sol también.

Luego en este momento, se están formando las nebulosas que darán lugar a las protogalaxias.

Como hemos podido comprobar hasta este momento, la descrip­ción que el Génesis hace de la creación, no solo se acomoda perfectamente a los conceptos "científicos" de los antiguos, sino que interpretando adecuadamente los conceptos, también se acomoda a los conocimientos científicos actuales.



El Popol Vuh dice:

<<¡ Llénese el vacío!>> (ordenaron las divinidades)

<<¡Retiraos aguas, y ceded espacio a fin de que la tierra emerja y se consolide!>>

Así hablaron.

<<¡Hágase la luz! Ilumínese el cielo y la tierra. ! No habrá gloria ni grandeza hasta que el hombre aparezca, hasta que el hombre sea creado>>

Así hablaron. (7)



Podemos comprobar en el Popol Vuh un espíritu especialmente geocéntrico y antropocéntrico.

Vemos una gran similitud, entre las Biblias, lo cual no deja de ser asombroso, especialmente si pensamos que geográficamente, la procedencia de las dos Biblias, de los dos textos, son muy distantes.

#5 Por tanto nos está diciendo que después de formarse las nebulosas, se formaron los planetas ¿o solo el planeta Tierra? O dicho de otra forma, los fluidos que debían conformar los protoplanetas, comenzaron a definirse apareciendo el suelo firme y conformándose los mares.

9 Elohim dijo: "El agua que está bajo el cielo sea reunida junta en un lugar, y la tierra seca aparezca," y así es como fue. Y el agua cual estaba debajo del cielo fue reunida en sus lugares, y la tierra seca apareció. 
10 Elohim llamó a la tierra seca tierra, la reunión junta del agua El llamó
mares, y Elohim vio que era bueno.

Varias y diversas teorías tratan de explicar como se formó nuestro Sistema Solar y fue LAPLACE (1796) quien pensó, basado en la ordenación del sistema, -es decir, que los movimientos de rotación y traslación siguen el mismo sentido y además están todos los planetas situados en un mismo plano- deberían haberse formado todos en la misma época aproximadamente partiendo de una primitiva gran nube de gas y polvo cósmico.

Esta nube de materia tuvo que ser como un disco girando lentamente y se enfrió a medida que giraba, comenzando a contraerse por ello. Al acelerarse la rotación, llegó el momento en que comenzaron a desprenderse grandes anillos de materia, siguiendo después cada uno su propia vida.

Después de formarse nueve o diez anillos, la masa central se contrajo originando el Sol.

Las partículas sólidas de cada anillo se atrajeron entre sí y formaron de manera eventual (a escala mucho menor) una nube similar en rotación, que también se contrajo y despidió anillos.

Las masas centrales eran demasiado pequeñas para dar estrellas brillantes, se enfriaron rápidamente y se solidificaron, produciéndose así los planetas y sus satélites correspondientes.

El décimo anillo, corresponde a los asteroides que giran entre las órbitas de Marte y Júpiter, que puede ser un planeta que no consiguió formarse o que una vez formado se destruyo posteriormente. (8)

Esta teoría se abandonó, a causa de los descubrimientos que se realizaron después.

Anteriormente BUFFON (1745) expresó: Un cometa comparable en tamaño a una estrella, chocó contra el Sol, desprendiéndose del mismo fragmentos que luego formaron los planetas. Debido a que el choque fue excéntrico, el Sol se puso a girar y, los planetas no-solo se colocaron en órbita alrededor de él, sino que también se pusieron a girar en torno a sus respectivos ejes. Algunos se pusieron a girar a tal velocidad, que de los mismos se despren­dieron a su vez fragmentos, formándose así las lunas.

T.C. Chamberlin y R.F. Moulton (Chicago) sugirieron en 1900, que una estrella perturbadora, pasó muy cerca del Sol (o bien el sol pasó muy cerca de otra estrella)

En el choque, las capas exteriores de las estrellas se disgregaron y se esparcieron por todo el espacio colindante, formando una gran nube, siendo arrancada parte de ella por la estrella, mientras, permaneció el resto girando lentamente alrededor del Sol. Siguió un proceso de condensación y, así se formó por fin, el sistema planetario actual.

Kant imaginaba un Universo primigenio, formado por gas condensado en burbujas de mayor densidad. Una de estas enormes burbujas debido a su rotación, se aplanó adoptando la forma de disco, cuyo núcleo, al replegarse hacia sí mismo, por la acción de la gravedad, terminó por convertirse en el Sol. Se formaron otros núcleos de manera similar que se convirtieron en planetas, pudiendo formarse de forma similar otros muchos sistemas.

Descartes consideraba que el comportamiento natural y típico de toda materia, fue moverse en vórtice (torbellino), al igual que el agua en la superficie de un remolino. Al principio la materia fundamental del Sistema Solar, se movía en una serie de vórtices que se rozaban mutuamente, desprendiéndo­se de resultas de ello, fragmentos que se dirigían hacia el centro del vórtice. El Sol se formó de este modo, en el vórtice central de mayor tamaño, y los planetas y la Luna en los vórtices secundarios. (10)

Sir James Jeans sugirió que la estrella perturbadora extrajo del Sol un inmenso filamento de materia en forma de cigarro puro, el cual se condensó inmediatamente dando los planetas. La parte más ancha del cigarro puro, estaba cerca de la mitad del filamento, así son los planetas mayores los que están situados en el centro de la distancia entre el Sol y el último planeta.

Según la ley de Bode, las distancias entre las órbitas de los planetas, partiendo del Sol, se duplican espectacularmente. Si la distancia del Sol al planeta Mercurio viene expresado por el valor 4, la distancia de los restantes planetas será 4+3, 4+6, 4+12, 4+24 y así sucesivamente.

Aunque el Sistema Solar no sigue esta ley de forma rigurosa, si puede aplicarse a las distancias de sistemas solares.

A pesar de que en conjunto, los planetas mayores, comprenden menos de 1/700 de la masa total del Sistema Solar, se encuentra en ellos el 98% del momento de inercia total. El Sol con casi la totalidad de la masa del sistema, gira lentamente (una revolu­ción por mes) que solo abarca el 2% del momento angular total, si el Sol y los planetas, se hubieran condensado fuera de la misma nube primitiva, éste giraría en tal caso a razón de una revolución cada 10 horas o menos.

Lyman Spilzer (1939) de la Universidad de Princeton consideraba que los gases calientes absorbidos por el Sol no pueden condensarse en planetas, sino que se esparcen alrededor de éste en forma de tenue nube.

Henry Norris Russell aventuró esta definición: En un principio el Sistema Solar fue binario: dos estrellas evolucio­nando en rotación una alrededor de la otra. Una de estas estrellas se destruyó en un choque con una tercera y los fragmentos resultantes se convirtieron en planetas con un excesivo momento angular o cinético.

Fred Hoyle introdujo variaciones en el Sistema binario de Russell, sugiriendo que la materia primitiva, vino de una estrella cercana que se fue inflando hasta convertirse en una supernova y explotó. Estas supernovas aparecen de vez en cuando entre los millones existentes en la galaxia. Cada 300 años aproximadamente, se hace visible una de ellas a simple vista.



Cuando hace unos cinco mil millones de años sucedió esto, su materia fue proyectada por todas las regiones locales del espacio con gran violencia. El Sol, junto con tres estrellas vecinas, quedó envuelto con esta nube de materia que su fuerza gravitacional ya no dejó escapar y que lentamente fue formando un disco de partículas sólidas que después formarían cuerpos a los que hoy llamamos planetas.

La teoría de Carl von Weizsacker es la más aceptada: El Sol obtuvo su nube primitiva de forma poco espectacular, introducién­dose en una nebulosa y, de la misma manera le debe haber sucedido a muchísimas estrellas.

Otto J. Schmidt es de la misma opinión y añade que estas nubes de gas pueden percibirse como áreas o zonas sombreadas del firmamento estelar. El espacio entre los planetas, fue el resultado de hallarse el material o sustancia esparcido, más bien uniformemente, por el espacio.

Harold C. Hurey (Chicago) Premio Nobel en una tesis que desarrolló en 1950 respecto a la formación de los astros cuyo tamaño es semejante al de la Luna nos dice algo importante: La Tierra no fue formada de gas solar caliente, y esto por la razón de que nuestro planeta contiene sustancias volátiles en grandes cantidades, como el arsénico. Si la materia de que se formó la Tierra, hubiese estado caliente, el arsénico se habría evaporado en el espacio.

Fred Hoyle en 1961 propuso esta explicación sobre la forma en que el Sol transmitió su momento angular o cinético.

"Durante su periodo de formación, el Sol se contrajo dentro de la órbita de Mercurio, desprendiendo gas. En dicho gas se formaron sustancias químicas de composición rocosa, las cuales se mantuvieron en suspensión gracias al magnetismo generado por el Sol, que ya se encontraba en estado incandescente y girando a gran velocidad. Cuando el gas y la materia rocosa fueron proyectados hacia sus alrededores, quedaron todavía concatenados al Sol por el citado magnetismo y, por tal razón, compartieron con él gran parte del momento cinético solar"

Concluyendo pues, el Sol expulsó solo un 10 % de su masa, y luego redujo su giro a la velocidad actual. La masa liberada voló hasta una distancia determinada, después de lo cual, el gas y el magnetismo, ligeros en exceso, no habrían podido mantener aferrada la materia rocosa que quedó libre. Después se condensó y se formaron los planetas. (11)

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