martes, 31 de enero de 2023

GÉNESIS 93

 


CAPÍTULO 31 VUELVE JACOB A CANAAN


Biblia Nacar-Colunga

Oyó Jacob a los hijos de Labán decir: “Ha cogido Jacob todo lo de nuestro padre, y con lo nuestro ha hecho todas esas riquezas.”

Vio que la cara de Labán no era ya para él lo que había sido antes,

y Yahvé le dijo: “Vuélvete a la tierra de tu padre y a tu parentela, que yo estaré contigo.”

Mandó a llamar, pues, Jacob a Raquel y a Lía, para que fueran al campo adonde estaba con su ganado,

y les dijo: “Veo que el semblante de vuestro padre no es para mí ya el que antes era, aunque el Dios de mi padre ha estado conmigo.

Bien sabéis vosotras que yo he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas,

y que vuestro padre se ha burlado de mí, mudando diez veces mi salario; pero Dios no le ha permitido perjudicarme.'

Cuando él decía: Tu salario serán las reses manchadas, todas las ovejas parían corderos manchados; y si decía: Las reses rayadas serán tu salario, todas las ovejas parían corderos rayados.'

Es, pues, Dios el que ha tomado lo de vuestro padre y me lo ha dado a mí.

10 Cuando las ovejas entran en calor, vi yo en sueños que los carneros que cubrían a las ovejas eran rayados y manchados,

11 y mi ángel me dijo en el sueño: “Jacob”; le respondí: “firme aquí.”

12 Y él dijo: “Alza tus ojos y mira: todos los carneros que cubren a las ovejas son rayados y manchados, porque yo he visto lo que te ha hecho Labán.

13 Yo soy el Dios de Betel, donde ungiste tú un monumento y me hiciste el voto. Levántate, pues, sal de esta tierra y torna a la tierra de tu parentela.”

14 Raquel y Lía respondieron: “¿Tenemos acaso nosotras parte o herencia en la casa de nuestro padre?

15 ¿No nos ha tratado como extrañas, vendiéndonos y comiendo nuestro precio?

16 Y, además, cuanto le ha quitado Dios, nuestro es y de nuestros hijos. Haz, pues, ya lo que Dios te ha mandado.”

17 Levantóse Jacob e hizo montar a sus mujeres y a sus hijos sobre los camellos, y, llevando consigo todos sus ganados y todo cuanto en Padán Aram había adquirido,

18 se encaminó hacia Isaac, su padre, a tierra de Canaán.

19 Labán había ido al esquileo, y Raquel robó los “terafim” de su padre.

20 Jacob engañó a Labán, arameo, y no le dio cuenta de su huida.

21 Huyó con todo cuanto tenía, y, ya en camino, atravesó el río y se dirigió al monte de Galaad.

22 Al tercer día dijéronle a Labán que Jacob había huido;'

23 y, tornando consigo a sus parientes, le persiguió durante siete días, hasta darle alcance en el monte de Galaad.

24 Vino Dios en sueños durante la noche a Labán, arameo,

25 y le dijo: “Guárdate de decir a Jacob nada, ni en bien ni en mal.” Cuando alcanzó Labán a Jacob, había éste fijado sus tiendas en el monte, y Labán fijó también la suya y las de sus parientes en el mismo monte de Galaad.

26 Dijo, pues, Labán a Jacob: “¿Qué es lo que has hecho? ¡Escaparte de mí, llevándote mis hijas como si fuesen cautivas de guerra!

27 ¿Por qué has huido secretamente, engañándome, en vez de advertirme, y te hubiera despedido yo jubilosamente con cantos, tímpanos y cítaras?

28 ¡Sin dejarme siquiera abrazar a mis hijos y a mis hijas! Has obrado insensatamente.

29 Mi mano es lo suficientemente fuerte para haceros mal, pero el Dios de tu padre me ha hablado la pasada noche, diciéndome: “Guárdate de decir a Jacob cosa alguna, ni en bien ni en mal.”

30 Y si es que te vas porque anhelas irte a la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?”

31 Jacob respondió: “Es que temía, pensando que quizá me quitarías tus hijas.

32 Cuanto a lo de tus dioses, aquel a quien se los encuentres, que muera. En presencia de nuestros hermanos busca cuanto sea tuyo y tómalo.” Jacob no sabía que era Raquel la que los había robado.

33 Labán penetró en la tienda de Jacob, en la de Lía y en la de sus siervas, y no halló nada. Después de salir de la tienda de Lía, entró en la de Raquel;'

34 pero Raquel había tomado los “terafim” y los había escondido en el palanquín del camello, sentándose encima. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no halló nada.

35 Raquel le dijo: “No se irrite mi señor porque no pueda levantarme ante él, pues me hallo con lo que comúnmente tienen las mujeres.” Así fue cómo, después de buscar y rebuscar Labán en toda la tienda, no pudo hallar los “terafim.”

36 Jacob montó en cólera y reprochó a Labán, diciéndole: “¿Qué crimen es el mío? ¿Cuál es mi pecado para que así me persigas?

37 Después de buscar y rebuscar en todas mis cosas, ¿qué has hallado tuyo? Preséntalo aquí ante mis hermanos y los tuyos, y que juzguen ellos entre los dos.

38 He pasado en tu casa veinte años; tus ovejas y tus cabras no abortaron, y yo no me he comido los corderos de tus rebaños.'

39 Lo destrozado no te lo llevaba, la pérdida iba a cuenta mía. Me reclamabas lo que me robaban de día y lo que me robaban de noche.

40 He vivido devorado por el calor del día y por el frío de la noche, y huía de mis ojos el sueño.

41 He llevado en tu casa veinte años; catorce te he servido por tus dos hijas, seis por tus ganados, y me has mudado diez veces el salario.'

42 Si no hubiera sido por el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y por el Terror de Isaac, ahora me hubieras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y ha juzgado la pasada noche.”

43 Respondióle Labán y dijo a Jacob: “Las hijas, hijas mías son; los hijos son hijos míos; el ganado es mío también, y cuanto ves es mío; a estas mis hijas y a los hijos que han parido, ¿qué les haría yo hoy?'

44 Ven, pues, hagamos alianza tú y yo y que Dios sea testigo entre ti y mí.”

45 Tomó, pues, Jacob una piedra y la alzó en monumento,

46 y dijo a sus hermanos que recogieran piedras y las reunieran en un montón, y comieron sobre él.

47 Le llamó Labán Yegar-Sahaduta, mientras que Jacob le llamó Yagar Galaad.

48 Y dijo Labán: “Este montón es hoy testigo entre ti y mí.” Por eso le llamó Galaad,

49 y también Mispah, por haber dicho Labán: “Que vele Yahvé entre los dos cuando nos hayamos separado el uno del otro.”

50 Si tú maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres además de ellas, no habrá hombre que pueda argüirte; pero he aquí que Dios es testigo entre ti y mí.”

51 Y añadió Labán: “He aquí el monumento y he aquí el testigo que he alzado entre ti y mí.

52 Este montón es testigo de que yo no lo pasaré yendo contra ti, ni tú lo pasarás para hacerme daño.

53 El Dios de Abraham, el Dios de Najor, juzgue entre nosotros.” Juró, pues, Jacob por el Terror de Isaac, su padre;'

54 ofreció un sacrificio en el monte e invitó a sus hermanos a comer. Comieron y pasaron la noche en el monte.

 

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