domingo, 15 de enero de 2023

GÉNESIS 80

 


Es indudable que Abraham a pesar de su edad, poseía una gran vitalidad, pues volvió a casarse y tuvo otros seis hijos más, aunque se preocupó de separarlos de Isaac:

 

Volvió Abraham a tomar mujer, de nombre Quetura,

que le parió a Zimrán, Yoqsán, Medán, Midián, Yisbaq y Suaj.

 

Abraham murió a los 175 años y lo sepultaron con Sara, su primera mujer, precisamente Isaac  e Ismael. (25,8-10)

 

11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, su hijo, y habitó junto al pozo de Jai-Roi.

Este pozo es precisamente donde el ángel o Yahvé habló a Agar cuando salió huyendo de Sara. (16,13-14)

 

Según el plan general del Génesis, antes de comenzar la historia de Isaac, el autor sagrado nos da na idea de los otros hijos, sin duda para instruirnos sobre el origen de las tribus árabes, que correspondía al patriarca de los hebreos. (93)

 

Probablemente muchos de los nombres que aparecen a lo largo del Génesis, no correspondan exactamente a personas concretas sino que más bien sea una forma o manera de explicar el origen de las diversas tribus.

 

La forma tan escueta como se describe el casamiento de Isaac y la concepción de su mujer Rebeca, hace imposible analizar lo que se expone referente a la esterilidad de Rebeca y su concepción posterior mediante la intervención de Yahvé: 21 Rogó Isaac a Yahvé por su mujer, que era estéril, y fue oído por Yahvé, y concibió Rebeca, su mujer. (BC)

 

 Me hace pensar el hecho de la supuesta esterilidad de Rebeca, repitiéndose lo mismo de Sara aunque a diferente edad. ¿No sería la forma de asegurarse Yahvé de que las dos mujeres no engendraran si no era con los varones previstos por él? Es decir, Sara estuvo en riesgo en dos ocasiones de cohabitar con dos hombres, y tal vez por ello fue estéril hasta después de esa situación. En el caso de Rebeca, aunque no se menciona una situación equivalente, fue en previsión de que se pudiera presentar tal situación.

Tampoco podemos saber si Isaac le rogó o le habló de manera personal, quiero decir, estando presente, en persona, Yahvé, o bien si lo que hizo fue orar como se le ora a Dios.

De cualquier forma, me inclino a pensar que Isaac habló personalmente con Yahvé/Jehová, pues en los versículos 22 y 23 se dice: 22 Chocábanse en su seno los niños, y dijo: “Si es así, ¿para qué (he de vivir) yo?” Y fue a consultar a Yahvé,

23 que le dijo: “Dos pueblos llevas en tu seno, dos pueblos que al salir de tus entrañas se separarán. Una nación prevalecerá sobre la otra, y el mayor servirá al menor.”

 

Veamos las otras dos versiones, para clarificar lo más posible lo que pudo suceder y como:

 

22 Y los hijos dentro [del vientre] de ella empezaron a pugnar el uno con el otro, de modo que ella dijo: “Si es de esta manera, ¿exactamente por qué estoy viva?”. Y se fue a inquirir de Jehová.

23 Y Jehová procedió a decirle: “Dos naciones están en tu vientre, y dos grupos nacionales serán separados de tus entrañas; y un grupo nacional será más fuerte que el otro grupo nacional, y el mayor servirá al menor”. (BT)

 

22 Y los hijos se combatían dentro de ella, y dijo: Si así había de ser, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová.

23 Y respondióle Jehová: Dos naciones hay en tu vientre, y dos pueblos serán divididos de tus entrañas; mas un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.

 

Por tanto se desprende que Yahvé/Jehová debía estar en algún lugar donde se le podía visitar y allí habla Rebeca con él, contándole cuanto le sucede. Él le contesta explicándole la causa por lo que sucederá en el futuro con sus dos hijos.

 

¿Cómo sabrá Yahvé lo que sucederá así? Digamos que en la Naturaleza todo está escrito, únicamente es necesario saber leer. Yahvé sabía, sin duda alguna, leer en la Naturaleza; así podía saber cosas que sucederían más tarde, aparte de las que él y sus “mensajeros” provocaban.

 

Aunque para una mayoría de personas, especialmente si presumen de científicos, las “mancias” adivinatorias son supersticiones de ignorantes, me inclino a pensar que todas o casi todas ellas contienen algo de verdad, probablemente lo que hoy saben de ellas, quienes las practican, es solo un remedo de lo que fueron en manos de quienes las transmitieron a los ignorantes terrícolas.

 

La predicción de Yahvé se viene a justificar con otra señal –que suponemos cierta- correspondiente a la forma del nacimiento:

 

24 Llegó el tiempo del parto, y salieron de su seno dos gemelos.

25 Salió el primero uno rojo, todo él peludo como un manto, y se llamó Esaú.

26 Después salió su hermano, agarrando con la mano el talón de Esaú, y se le llamó Jacob. Era Isaac de sesenta años cuando nacieron. (BC)

 

Sorprende que si todos parten del mismo original –me refiero a los traductores- no vengan a decir, no ya las mismas palabras sino tan siquiera las mismas ideas:

24 Gradualmente se le cumplieron los días para dar a luz, y, ¡mire!, había gemelos en su vientre.

25 Entonces salió el primero, rojo por todas partes como un vestido oficial de pelo; así que lo llamaron por nombre Esaú.

26 Y después salió su hermano, y con la mano tenía asido el talón de Esaú; de modo que él lo llamó por nombre Jacob. E Isaac tenía sesenta años de edad cuando ella los dio a luz. (BT)

 

24 Y como se cumplieron sus dias para parir, he aquí mellizos en su vientre.

25 Y salió el primero bermejo, y todo él velludo como una ropa; y llamaron su nombre Esaú.

26 Y después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú: y fué llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando Rebeca los parió. (BP)

 

Interpretamos que el nombre Esaú viene a significar velludo, así como Jacob significa “el que toma por el calcañar o el que suplanta” (94)

Termina este capítulo narrando lo que es de todos conocido: Esaú vende sus derechos de primogenitura, a Jacob, por un plato de lentejas. (25,29-34)

 

 

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