¡Que se disperse el pueblo! ¡Que el pueblo se oculte!
Los dioses
huyeron de sus ciudades, como pájaros asustados escaparon de sus nidos.
Las gentes de las tierras cayeron bajo las garras del Viento Maligno; inútil fue su carrera. Sigilosa era la muerte, atravesaba los muros más gruesos como las aguas de una inundación, no había puerta que pudiera dejarla fuera ni cerrojo que pudiera impedirle el paso.
Los pechos
llenos de esputos y flemas, las bocas rebosantes de saliva y espuma; cuando el
Viento Maligno atrapaba a la gente sin ser visto, sus bocas se empapaban en
sangre.
Lentamente
sopló sobre las tierras, cruzó de oeste a este sobre llanuras y montañas; todo
lo que vivía, tras el quedaba muerto y moribundo, la gente y el ganado perecían por igual. Las aguas se emponzoñaron, en los
campos se marchitó toda vegetación. Desde Eridú en el sur hasta Sippar en el
norte, el Viento Maligno arrasó el país; Babili donde Marduk había declarado la
supremacía, se libró del Viento Maligno.
Babili donde
Marduk había declarado la supremacía, se libró del Viento Maligno. Todas las
tierras al sur de Babili fueron devoradas por él y también alcanzó al corazón
de la Segunda Región. Cuando con posterioridad a la Gran Calamidad, Enlil y
Enki se encontraron para estudiar el desastre, Enki le hizo considerar a Enlil
el libramiento de Babili como un augurio divino.
¡El
libramiento de Babili confirma que Marduk ha sido destinado para la supremacía!
Le dijo Enki a Enlil.
¡Debe haber
sido la voluntad del Creador de Todo! Dijo Enlil a Enki.
Vemos aquí con claridad como nombran
al Creador de Todo, al que yo llamo el Creador del Universo, justo al que las
religiones abrahamánicas confunden con Yahweh/Jehová/Alá que como repito una y
otra vez es Enlil jefe de los Anunnaki/Elohim.
Entonces
Enlil le reveló la visión-sueño y la profecía de Galzu.
Si eras
conocedor de eso, ¿Por qué no impediste el uso de las Armas de Terror?
¡Hermano mío!
dijo Enlil a Enki, con voz apesadumbrada. Era evidente el motivo.
Tras tu llegada
a la tierra, cada vez que la misión se veía obstaculizada, encontrábamos una
forma de eludir el obstáculo; de ahí la creación de los Terrestres, la gran
solución, fue también un fuente de miles de giros y vueltas no deseados. Cuando
llegaste a comprender los ciclos celestes y asignaste constelaciones ¿Quién
hubiera previsto en ellas las manos del Destino? ¿Quién habría podido
distinguir entre los hados que elegimos y el inquebrantable destino? ¿Quién
proclamaba falsos augurios y quien podía pronunciar profecía verdaderas?
De ahí que
decidiera guardar para mi las palabras de Galzu.
¿Era de
verdad el emisario del Creador de Todo o era una alucinación mía? ¡Lo que tenga
que suceder suceda! Me dije a mi mismo.
Enki
escuchaba las palabras de su hermano, mientras afirmaba con la cabeza arriba y
abajo.
La Primera
Región está desolada, la Segunda Región está sumida en la confusión, la Tercera
Región está herida, el Lugar de los Carros ya no existe; ¡eso es lo que ha
sucedido! Dijo Enki.
¡Si era esa
la voluntad del Creador de Todo, eso es lo que ha quedado de nuestra misión en
la Tierra!
¡Las semillas
se sembraron con la ambición de Marduk, lo que salga de eso será para que lo
coseche él!
Así le dijo
Enlil a su hermano Enki, entonces aceptó el triunfo de Marduk.
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