Este capítulo nos narra que Abram y su familia, incluido Lot, vuelven al mismo lugar donde Yahweh se le había aparecido y en el altar que había levantado le invoca.
Abram y su sobrino Lot habían vuelto muy ricos de Egipto, lo que nos hace suponer que allí tuvieron que permanecer bastante tiempo, pues no creo que pudieran enriquecerse en un mes; y no olvidemos que un viaje a Egipto es debido a la escasez que había en la zona de los cananeos y ferezeos, es decir, de la zona de Palestina. Por tanto, cabe pensar que no llegaron a a Egipto nadando en la abundancia precisamente, sin embargo, al regresar, la situación ha cambiado por completo: 2 Avram se hizo rico, con mucho ganado, plata y oro. 5 Lot, que estaba viajando con Avram, también tenía rebaños, manadas y tiendas.
Nos explica el hagiógrafo que al ser “mucha su hacienda” aquella zona no les bastaba y había peleas entre los pastores de uno y otro, luego debían tener también muchos criados. Estos problemas hacen que se separen y Lot se queda en la hoya del Jordán: 10 Lot alzó su mirada y vio que toda la llanura del Yarden (Jordán)[49] estaba bien regada por todos lados, antes que YAHWEH destruyera a Sedom (Sodoma) y Amora (Gomorra), como el paraíso de YAHWEH, como la tierra de Mitzrayim en la dirección de Tzoar.
Aquí ya nos preparan de que Sodoma y Gomorra van a ser destruidas y es una prueba palpable de que esta historia fue escrita mucho después de que sucedieran los hechos y además de que , a quienes iba dirigida esta historia conocían ya –al menos- que estas ciudades fueron destruidas.
“Abram habitó en la tierra de Canán y Lot moró en las ciudades de la hoya del Jordán, asentando su tienda hasta Sodoma” (13,12). Esto viene a decirnos que Lot no estuvo fijo en un sitio, sino que cambiaba de lugar “su residencia” aunque dentro de la misma zona.
13 Eran los habitantes de Sodoma malos y pecadores ante Yahvé en muy alto grado.
Que es tanto como decir que, entre ellos, los sodomitas, no les parecía mal lo que hacían, sino muy al contrario les debía parecer hasta correcto. Y solo Yahweh veía mal lo que hacían, es decir, sus costumbres (que debían haberse arraigado) según decíamos en el capítulo IX, debían ser bestiales. Como vemos no se había resuelto nada con el Diluvio.
Me sorprende que Abram en esta ocasión, no levante un altar en el lugar donde habla con Yahweh –que por cierto no dice como se ha presentado en esta ocasión- prometiéndole todas aquellas tierras, y sin embargo se traslada a un encinar, donde levanta un altar: 18 Levantó, pues, Abram sus tiendas y se fue a habitar al encinar de Mambré, cerca de Hebrón, y alzó allí un altar a Yahvé. Recordemos que en 12,6 se nos habla del encinar de Moreh, que es donde se aparece Yahweh a Abram por primera vez. Así pues, los altares los levanta en los encinares. No sé si esto es una coincidencia sin importancia alguna, pues lógico es que se pusieran las tiendas en las arboledas, o si el hecho de buscar los encinares, pudiera significar algo trascendente. Tal vez tenga algo que ver con los cultos célticos.
Observemos que si bien en la Biblia Nácar-Colunga habla de “encinar” en la Biblia Kadosh Israelita Mesiánica habla de “cedros”, por tanto podría ser que la diferencia esté solo en la traducción y yo creo más a esta última que a la anterior.
Haciendo un repaso de las muchas biblias que se han escrito, la última versión de 2022, he encontrado que lo que la mayoría escribe “encinar”, otras lo traducen por robledo, bosque, alcornocal, los árboles, valle, bosque de encinas, robledal…así que no son de fiar las traducciones si para un elemento tan simple como es un tipo de árbol, cada cual lo interpreta de una manera.
La encina es árbol sagrado celta y a muchos, la mayoría seguramente, cuando se les hable de nemeton y bosques sagrados para los celtas, se les vendrá a la cabeza profundos y frondosos bosques de robles o hayas, sin embargo para los celtas el árbol de más importancia no es ninguno de esos, si no la encina, tan abundante precisamente en Castilla.
De hecho la etimología de la palabra druida tiene su origen en la encima precisamente: deru (encina) wid (saber, conocimiento), con el significado de "los que conocen la encina".
Y si la encina era el árbol sagrado, el muérdago que crece sobre las encinas era la planta más importante, era considerada como la piedra filosofal, ya que en el muérdago encontraban remedio para prácticamente todo, la utilizaban tantos en ritos mágicos como en medicina.
Además la encina también estaba presente en la mitología, y estaba relacionada con dioses como Tarannis, Brigit o Dagda, que con su hacha de madera de encina abría y cortaba el umbral entre los dos mundos.
La encina , según los griegos, era símbolo de justicia y de fuerza. También, en torno a la encina es donde giraban los ritos o donde se debatían asuntos importantes de la tribu.
En Castilla, algunos "Nemeton" son el encinar sagrado de Burado en Soria, citado por Marcial y en torno al que algunos escritores como Bécquer han ambientado sus obras, o los encinares de Cabañeros en Ciudad Real, confluencia de 3 tribus (germanos, vettones y carpetanos).
Por otro lado, en el lenguaje bíblico el cedro simbolizaba la fuerza, la grandeza espiritual, la dignidad, la aristocracia y el coraje.
Los cedros constituyen un género de coníferas pináceas. Son árboles de gran tamaño, de madera olorosa y copa cónica o vertical, muy utilizados para ornamentación de parques. Hay tres tipos que crecen en el Norte de África, Oriente Medio y el Himalaya.
La palabra «cedro» procede del latín cedrus, que a su vez viene del griego (kedros), expresión con la que se denominaba también al enebro.
Se utilizó para construir edificios de importancia y pensando que serían "perdurables", como el templo del rey Salomón y los palacios de David y del rey Salomón.
En la Biblia se nombra en numerosos versículos. Veremos como la Biblia considera la encina como un lugar de impartir justicia, como un hito o linde, como un lugar depositario de riquezas, como un lugar donde Yahavé se hace presente, como un lugar donde indica una sepultura o como de una encina quedó colgado Gadeón.
Según los textos sumerios, los Anunnakis construyeron su Lugar de Aterrizaje justo en un bosque de cedros y más tarde los igigis (los pilotos) de las naves celestes se quedaron allí a vivir:
“…y se reunieron en el Lugar de Aterrizaje en la Montaña de los Cedros…”
“…dada la situación inestable de Marte al final los dejaron en la Montaña de los Cedros…”
“…y el resto se quedó en La Montaña de los Cedros…”
Todo esto me lleva a la conclusión de que la razón de elegir los cedros para situar su Lugar de Aterrizaje fue debido a que estos cedros estaban en un monte, cosa conveniente para tener las naves, tenían un bosque que resguardaba las naves y además olían bien. Esto puede llevar a una simbiosis o atracción por los cedros y así cuando en otro lugar encuentran un bosque de cedros les atrae estar allí.
Esto, con el paso del tiempo, dado quienes los usaron antes, derivó en el significado que ahora se les da: fuerza, grandeza espiritual, dignidad, aristocracia y coraje. Características atribuidas a los Elohim/Anunnakis.
Dado que los traductores confunden cedro con encinas, significa que los significados se trasladan a ellas, sin menoscabo de que se les atribuyan otros como justicia y conocimiento que podrían ser los valores atribuidos a los Elohim y los patriarcas.
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