lunes, 3 de julio de 2023

GÉNESIS 117

 




Todos recordamos, porque nos lo han contado infinitas veces, cómo José mandó introducir su copa en el saco de Benjamín con el fin de quedarse con él, ya que no se fiaba de sus hermanos pero se nos ocultó algo que aunque escrito está en la biblia va en contra de los principios de la iglesia la adivinación la magia.

“Habían salido de la ciudad pero no estaban lejos cuando José dijo a sus mayordomos anda y sale en persecución de esas gentes y cuando los alcances diles ¿Por qué habéis devuelto mal por bien? ¿Por qué me habéis robado la copa de plata? Es donde bebe mi señor y de la que se sirve para adivinar. Habéis obrado muy mal. (44,4-5)

Podríamos plantearnos que José no utilizaba ninguna copa ni nada para adivinar, ni para interpretar sueños, sino que era el mismo Yahvé quien telepáticamente le daba las soluciones, pero de aquí se deduce que entre aquellas gentes no eran extrañas en absoluto tales prácticas, sino muy al contrario se respetaban y admiraban, hasta considerar que la persona capaz de tales actividades -con resultados positivos- era un elegido de los dioses.

Sabido es que la adivinación, por el agua u otro líquido, tiene muchas variantes, pero la más utilizada y más simple -dentro de la dificultad- consiste en mantener la copa entre las manos y mirar a través de la superficie acuosa hacia el medio de la masa líquida. Llegado a un punto determinado de relajación y concentración, las personas que poseen esta facultad, comenzarán a ver imágenes relacionadas con la pregunta planteada. Interpretando adecuadamente estas imágenes se tiene respuesta a la pregunta. (114 bis)

El mismo método se utiliza con otros objetos como espejos, bolas de cristal de roca, etc.

Sabido es que los egipcios tenían fama de tener los más grandes magos del mundo de entonces, lo cual queda demostrado en Éxodo 7 que son capaces de imitar a Aarón. Por ello no es descabellado pensar que José aprendiese de algún mago el método de adivinación citado y que, en verdad, la copa que hizo poner a Benjamín en el saco, la utilizara ciertamente para adivinar, lo que ayudaría sin duda a llevar a buen término su tarea como primer ministro.

No obstante, no cabe duda de que José no utilizó sus dotes adivinatorias para saber con certeza qué pasaría con su hermano Benjamín, pues de haberlas utilizado, no habría organizado todo este lío con sus hermanos. Esto tampoco debe extrañar, pues quien tiene facultades paranormales no las suele utilizar, si es que las controla, salvo en casos de gran importancia y en el caso de los videntes, no suelen tener resultados satisfactorios en aquellas cosas que le atañen directamente, pues sus sentimientos y emociones le conducen a cometer errores de interpretación y, en este sentido, cabe pensar en que algo de esto le pudo suceder a José.

Encontrada la copa, en el saco de Benjamín, son llevados todos ante José y les dice que Benjamín quedará como esclavo suyo. (44,17) Judá le recuerda las razones por las que está allí Benjamín porque José así lo había pedido y lo mucho que su padre lo amaba, por lo cual si no vuelve a su casa su padre morirá (44,18-31) por ello le propone quedarse él como esclavo, con el fin de que Benjamín vuelva con sus hermanos para que no suceda nada a su padre.

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