sábado, 1 de julio de 2023

GÉNESIS 115

 

 


 Aunque Ismael no quería separarse de Benjamín, el hambre le obligó, pues las provisiones se acabaron y fue necesario volver a Egipto. No obstante, costó trabajo a Judá convencerle.

 “Y dijo Israel, ¿Por qué me habéis hecho ese mal de dar a conocer a aquel hombre que teníais otro hermano?”(43,6)

 A esto le contestaron que aquel hombre les preguntó de todo y ellos se limitaron a contestar las preguntas (43,7)

 Judá llegó incluso a ofrecerse como reo ante su padre si algo le sucediese a Benjamín y le dice muy enfadado, supongo:  “Si no nos hubiéramos retrasado tanto estaríamos ya dos veces de vuelta” (43,11)

 Por fin accede Israel y dice que lleven a aquel hombre, es decir a José, como presente miel, astrágalo, láudano, alfónsigos y almendras, que eran productos específicos de Canán y muy apreciados por los egipcios.

 Aunque aquí se presenta a Benjamín como niño no lo era tanto pues según A. Lapide debía tener 24 años. (43,8)

 Jacob les dice que lleven el doble de dinero, para pagar lo anterior, por si fue un error, y se resignan de la posibilidad de quedarse sin Simeón y sin Benjamín.

  En cuanto José los vio y se percató de que iba Benjamín, indicó a su mayordomo que los acomodara en la casa y preparase una buena comida pues comerían con él. Esto lo interpretaron sus hermanos de otra forma muy diferente pues pensaron que los harían esclavos. Tan asustados estaban que le dijeron al mayordomo:  

 20 “Perdone, mi señor. Nosotros vinimos ya una vez a comprar víveres.

21 Al llegar al lugar donde a la vuelta pasamos la noche, abrimos los sacos y vimos que el dinero de cada uno de nosotros estaba justo a la boca de nuestros sacos.

22 Hemos vuelto a traerlo con nosotros, y traemos al mismo tiempo otra cantidad para comprar provisiones. Nosotros no sabemos quién puso nuestro dinero en los sacos.”

 El mayordomo sin duda aleccionado por José contestó:

 23 “Que sea la paz con vosotros — les dijo el mayordomo; no temáis. Ha sido vuestro Dios, el Dios de vuestro padre, el que os puso ese tesoro en los sacos. Yo recibí vuestro dinero.” Y les sacó a Simeón.'

 Esta forma de expresarse con respecto a Dios o Elohim es correcta y adecuada, puesto que el mayordomo lo distingue como el dios de ellos el dios del padre de ellos de forma semejante debería haberse expresado el faraón cuando se dirigió a José en el capítulo 41, mas no se expresa así.

 Trajeron a Simeón para que estuviesen todos juntos y cuando volvió José a casa les preguntó por su padre. Al ver a Benjamín y cerciorarse que se trataba de él, no pudiendo aguantar sus emociones, se marchó a su cámara a llorar.

 Después de calmarse volvió y ordenó se sirviera la comida:

 32 Sirvieron a José aparte, aparte a sus hermanos y aparte también a los egipcios que comían con él, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, por ser esto para ellos cosa abominable.

 Hay que considerar respecto a esta especial forma de comer que “los egipcios comían sentados a la mesa. La separación obedece no menos a etiqueta palaciega que a prejuicios de orgullo nacional a que la religión dio luego un carácter sagrado. El espíritu farisaico es más viejo que los fariseos”. Herodoto (II, 41) (114)

 Estaban sentados todos los hermanos frente a José. A Benjamín, por ser su hermano de madre, las porciones de comida eran cinco veces mayores que en las otras. Así comieron y bebieron, pasándolo bien.

 Vemos que no solo el padre hacía especial distinción con los hijos de Raquel, sino que entre José y Benjamín también había un cariño y  un trato especial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GÉNESIS 129

  Pero para poder estudiar bien las reacciones que tendrán y las alteraciones psicofísicas que estas reacciones provocarán, es necesario int...