miércoles, 23 de noviembre de 2022

GÉNESIS 24




#36 La BT dice: “Y siguió andando Enoc con el Dios (verdadero). Entonces no fue más, porque lo tomó Dios”.

En la BP se dice: “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”.

Es el único patriarca del cual se dice que anduvo, caminó o siguió andando en la presencia de Dios y que luego desapareció.

En Eclesiástico 44,16 se dice: “Henoc fue grato a Dios y trasladado, ejemplo de piedad para las generaciones venideras”.

“Pocos en la tierra como Henoc, que fue trasladado de la tierra” se vuelve a mencionar en Eclesiástico 49,16. Incluso en el Nuevo Testamento en la Epístola a los Hebreos 11,5 se le menciona: “Por la fe fue trasladado Henoc sin pasar por la muerte, y no fue hallado, porque Dios le trasladó. Pero antes de ser trasladado recibió el testimonio de haber agradado a Dios, cosa que sin la fe es imposible”.

Vemos pues claramente, que el caso de Enoc o Henoc es especial, es diferente y habremos de recurrir a los escritos Apócrifos para aclarar un poco lo que sucedió con él.

# Lo que deseamos aclarar ahora es que la fabulosa longevidad de los patriarcas tuvo que ser cierta. Y tuvo que ser una propiedad hereditaria que fue degenerando al igual que sucedió con el experimento con la mosca de la fruta que narramos en el capítulo 2º, cuya variación genética se mantuvo por espacio de siete generaciones, al cabo de las cuales desapareció.

Pues algo así tuvo que suceder con los híbridos humanos, puesto que en 6,3 se dice: “Y dijo Yavé: <<No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días>>.

Lo que viene a demostrarnos que debido a los cruces de razas, entre otras razones, se fue perdiendo esa fantástica propiedad, y para perder algo es preciso y necesario haberlo poseído antes.

De cualquier forma, cuando se investigue profundamente todas las funciones que desarrollan ciertas glándulas, como es el caso de la epífisis o glándula pineal, es muy probable que esta increíble longevidad deje de ser un misterio.

En la actualidad existen muchos equipos de médicos investigando la forma de alargar la vida y de alargar la juventud.

Se ha comprobado que de los 30 a los 90, el peso de nuestros músculos y la energía que somos capaces de desarrollar, disminuyen en un 30 %, el número de fibras de un tronco nervioso, en un 25 %. Disminuye el peso de nuestro cerebro, el número de nefronas de los riñones, las papilas gustativas de la lengua, nuestra capacidad visual y auditiva, etc.

Todo ello es debido a que por todos los tejidos del cuerpo, las células van abandonando sus funciones y muriendo de forma que pierden el poder de renovarse por división.

Por tanto, si se encontrase la forma de detener la muerte de las células, se alcanzaría la inmortalidad.

<<El fisiólogo inglés sir Vincent Wiggleswort, descubrió que la metamorfosis de los insectos la regula una hormona a la cual denominó ecdisona, y localizó las glándulas que la segregan, utilizando como animal de experimentación el insecto chupador de sangre de Rhodnius. Si a una larva que está a punto de metamorfosearse, se le implantan las glándulas de una larva joven, aquella sigue creciendo y permanece en el estado de larva. Cuando por fin sufre la metamorfosis, se convierte en un insecto gigante.

Puede pensarse pues, que el cese del crecimiento y el advenimiento de la madurez sexual en el hombre están gobernados por una hormona específica>> (38)

Según otros investigadores, una especial estimulación de hipotálamo, podrán atrasar el envejecimiento, como experimentó el doctor Joseph Meites de la Universidad de Michigan: consiguió restablecer la función ovárica en una rata menopáusica, estimulando el hipotálamo con una pequeña descarga eléctrica de un milivoltio. (38 bis)

Este período es narrado por los libros sumerios de esta forma:

En el noventa y nueve Shar le nació un hijo a Kunin al que llamaron Malalu, El que Interpreta, porque sobresalía en música y canto. Ninurta le hizo un arpa y una flauta.

En el centésimo Shar, le nació un hijo a Malalu, Irid, El de las Aguas Dulces. Dumuzi le enseñó a cavar pozos, como proveer de agua a los rebaños. Fue allí donde pastores y doncellas se reunieron y propiciaron desposorios, proliferando la Humanidad Civilizada.

Irid tuvo un hijo al terminar el centésimo Shar, al que llamaron Enki-Me (Enoc), por Enki ME Comprensión, sabio e inteligente, comprendió con rapidez los números y Enki le enseñó los secretos de la familia del Sol y de los doce dioses celestiales, como los meses se contaban con la Luna y los años por el Sol, como se contaban los Shars por Nibiru, el círculo de los cielos en doce partes, cada una de las constelaciones y como para honrar a los líderes Anunnaki había puesto nombres a las estaciones. Enkime (Enoc) hizo dos viajes celestiales.

Enkime fue con Marduk, en una nave espacial a la Luna y le enseñó lo que había aprendido de su padre Enki y al volver se quedó con Utu en Sippar, el Lugar de los Carros. Utu lo instaló en su brillante morada como un Príncipe de los Terrestres y le enseñó los ritos, para comenzar con las funciones del sacerdocio. Le nació un hijo en el ciento cuatro Shar. Matishal le llamó su madre, El que se Elevó por las Brillantes Aguas. Después Enkime (Enoc) hizo su segundo viaje con Marduk hasta Lahmu (Marte) para visitar a los Igigi. Antes de partir, Enkime entregó a su hijo Matushal un registro por escrito de todo lo que había aprendido para que lo estudiara con sus hermanos.

Vemos como no fue Yahweh (Enlil) quien se llevó a Enoc de viaje sino el hijo de Enki llamado Marduk. Como de costumbre la Biblia todo se lo atribuye a Yahweh.

A Matushal le nació un hijo, Lu-mach (Lamec), Hombre Poderoso. En sus días, las condiciones sobre la Tierra se hicieron más difíciles; en los campos y las praderas, los trabajadores se quejaban y nombraron capataz a Lu-Mach para controlar a los trabajadores.

A Adapa le llegó la hora de morir y pidió ver a sus hijos y por tanto a Ka-in que estaba en las tierras de Errar y Ninurta fue a buscarlo con su Pájaro del Cielo. Cuando estuvieron Ka-in y Sati, tocó sus rostros por estar ya ciego. El rostro de Ka-in era imberbe y el de Sati tenía barba. Adapa pidió que se le enterrara en cueva mirando al sol naciente. En mitad del Shar noventa y tres nació y al final del Shar ciento ocho murió. Una vida larga para un Terrestre, pero no tenía el ciclo vital de Enki.

Si aceptamos esta cronología, Adán vivió muchos más años terrestres que los que dice la Biblia, pues cada Shar son 3600 años terrestres y aquí se dice que vivió 15,5 Shar= 55.800 años terrestres.


Ka-in volvió a sus tierras donde tuvo hijos e hijas y con ellos construyó una ciudad, y la caída de una piedra lo mató mientras trabajaba en la construcción.

En el Edin Lu-Mach (Lamec) sirvió a los Anunnaki como capataz.



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